Cifuentes paga por todos

Barcelona

Cifuentes paga por todos. Es la decisión de Rajoy, siempre en mínimos a la hora de asumir o hacer asumir responsabilidades. Ángel Garrido, el número dos de Cifuentes, la sustituye como si nada hubiera pasado. Continuidad. Borrada la oveja negra, el rebaño se da por blanqueado. Con la ley del mínimo esfuerzo no sé como aspira el PP a reconstruir un edificio en ruinas.

Puigdemont en su laberinto. Cada vez más consciente de que su situación tiene difícil salida, sigue exprimiendo el tiempo, empeñado en demostrar que él y solo él tiene la última palabra. Y así, ante el desespero de Esquerra Republicana, sigue alimentando una estrategia de confrontación que busca la complicidad de la calle, aún a sabiendas de que es inviable. Puigdemont vive colgado del 1 de Octubre y en política la nostalgia es un suicidio.

Primer año de Macron presidente. Y ya se ha ganado la etiqueta: liberal autoritario. Ortodoxia neoliberal en sus decisiones, autoridad en el ejercicio del poder imbuido de un estilo, solemne y distanciado, en contraste con su antecesor, François Hollande, que naufragó en su afán de ser un presidente normal. Dureza con la inmigración, política fiscal beneficiosa para los ricos, desregulaciones y presión sobre los sindicatos en el campo laboral, masiva presencia policial en la Universidad y en las manifestaciones ahora que se cumplen precisamente 50 años del 68. A Macron no le inmuta el ruido en la calle. Y es en su afán de reformar Europa dónde de momento consigue mayor reconocimiento. Francia ha vuelto es el eslogan. Ya se encargará Angela Merkel de pararle los pies.

1500 personas detenidas para dar mayor lustre a la toma de posesión de Putin por cuarta vez. Por mucho que se vista de democracia en despotismo se queda. Rusia sigue su camino.