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Lugares donde ser niña dura muy poco

#loperderántodo es el hashtag que ha lanzado UNICEF para que no olvidemos a los roghinya

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Madrid

Hablamos del campo de refugiados más grande del mundo, un limbo que acoge a 800.000 personas de etnia roginhyá que han huido del genocidio en Myanmar. Hace un par de semanas conocíamos a Rashid, que quería estudiar idiomas para salir de allí. Hoy hemos querido saber cómo es la vida de las niñas que viven en ese campamento. Lo que hemos encontrado es bastante diferente.

Lugares donde la infacia duran muchísimo menos

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En muchos países pobres si naces niña tu infancia es muy corta. En el programa de hoy escuchamos las declaraciones de dos de estas niñas:

Asmot Ara, de 14 años, vivía con su familia en una aldea de Myanmar. A los 13 años huyó y perdió a su familia. Asmot fue acogida por otra familia que la tomó como esposa para uno de sus hijos cercanos a su edad: "Si mis padres estuvieran vivos, yo no estaría casada, porque soy demasiado joven. Él me ha dicho que cuidará de mí como si se tratase de mis padres. Me compra todo lo que me hace falta".

Además, a los 14 años ya tiene un bebé. Asmot ya no puede ir al colegio, sus responsabilidades familiares no se lo permiten, pero sí espera que su hija pueda ir en el futuro: "Yo quiero ir a la escuela, aprender algún oficio y poder trabajar pero no puedo porque tengo una familia y marido. Cuando ella crezca quiero que vaya a la escuela y que se case cuando sea mayor. Lo que quiera hacer que sea decisión suya".

Sin embargo, Sonija, de 15 años, lo tiene mucho peor: su marido tiene 73 años. El problema de los matrimonios forzados de niñas en los campamentos de refugiados como el de Kutupalong en Cox Bazar, en Bangladesh, es un grave problema. Una práctica cultural que se estaba empezando a erradicar en el siglo XXI, pero que vuelve a destrozar la vida de miles de niñas porque la escasez las vuelve mucho más vulnerables.

Normalmente, una chica roghinya no se casa hasta los 18 años, pero la cantidad de niñas que se han quedado solas, y las dificultades materiales las empujan a matrimonios muy tempranos: así obtienen protección, y suman a la familia la ración de comida que les corresponde. Pero estos matrimonios tienen como consecuencia que son madres cuando apenas han salido de la infancia.

Las ONG intentan luchar contra ello a través de la educación y de la formación de las adolescentes. Pero no es fácil: recordamos que #loperderántodo es el hashtag que ha lanzado UNICEF para que no olvidemos a los roghinyas. Un millón trescientas mil personas que no tienen ciudadanía, no tienen un país que les acoja ni un futuro para el que vivir si no les ayudamos.

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