Cinco periodistas eligen 'su' momento clave en la carrera política de Mariano Rajoy

Madrid

Si introduces 'Mariano Rajoy' en el servicio de Documentación de la SER, la búsqueda ofrece 4.325 resultados repartidos en 173 páginas. Si solamente buscas declaraciones suyas transcritas en el sistema, 'cortes' como se denominan en la radio, se obtienen más de 21.000. De esos miles de audios, cinco periodistas que han seguido muy de cerca a Rajoy durante estos años se quedan con un momento, una situación, de la carrera política del líder del PP.

Fernando Garea (agosto de 2003)

El momento que más define lo que es Mariano Rajoy y su carrera política fue cuando Aznar reunió en La Moncloa a Rodrigo Rato, Jaime Mayor Oreja y él para designar un sucesor después de tenerlos varios meses en la pasarela. Define mucho lo que es Rajoy, de los tres era el único que no se había movido para hacerlo. Y hoy mismo, cuando ha anunciado su marcha, ha recordado que ha tenido todos los cargos sin hacer nada por tenerlos ni por ambición. Ha sabido siempre ser discreto, agachar la cabeza y esperar a que le tocar el turno. Siempre ha tenido ese don de la oportunidad.

Lucía Méndez (marzo de 2008)

Mariano Rajoy solo ha estado a punto de ser descabalgado de la presidencia del PP tras la dura derrota electoral de 2008 frente a José Luis Rodríguez Zapatero, al que consideraba un hombre insustancial. Ninguno de los dirigentes del sector crítico, encabezados por Esperanza Aguirre, se atrevió a dar el paso de presentarse en el Congreso de Valencia. Él, a base de resistencia y favorecido porque ninguno fue capaz de presentar una alternativa, logró salir indemne.

Carlos Cué (noviembre de 2011)

Nada le costó tanto a Mariano Rajoy como romper con el hombre que le había nombrado, José María Aznar. Rajoy llevaba toda la vida obedeciendo y portándose bien. Primero como estudiante modelo y después como fiel escudero de Aznar. Pero hay un momento, el 20 de junio de 2008, al arrancar el Congreso de Valencia, en el que Rajoy decidió al fin matar al padre y empezar a mandar solo. Ahí se inventó el marianismo que ha dominado el PP durante casi 10 años. El expresidente, acusó el golpe y saludó a Rajoy en Valencia con una enorme displicencia a la vista de los 3.000 delegados y todas las televisiones de España. Fue un momento clave de su carrera, pero no se completó hasta la noche electoral de 2011, cuando Rajoy consiguió 186 diputados, tres por encima del récord de Aznar. Esa fue la revancha definitiva. Desde entonces, escándalo tras escándalo, ya sin nadie a quien culpar, Rajoy fue agotando su combustible hasta llegar al final más duro que nadie podía imaginar.

María Jesús Güemes (febrero de 2013)

Recuerdo cuando fui con él de campaña por Galicia en 2009. En aquel momento, Rajoy hablaba con los periodistas. Tras mucha presión, dimitió el ministro de Justicia Bermejo y el líder del PP nos invitó a todos a comer para celebrarlo. De pronto se torció todo, estalló el caso Gürtel y ya no le gustaban tanto nuestras preguntas. Se fue distanciando, mentiéndose en una burbuja hasta llegar a La Moncloa. Todo lo arrastró con él. Un día, el 2 de febrero de 2013, como hoy y haciendo una excepción, Rajoy compareció en abierto para los medios en el Comité Ejecutivo Nacional de su partido. Fue un momento culmen. Tuvo que salir a responder a las acusaciones de los papeles de Bárcenas. Lo hizo de forma tajante.

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Carmen del Riego (diciembre de 2015)

Cuando Pedro Sánchez le dijo a Rajoy en el debate electoral de 2015 "usted no es una persona decente", el líder del PP no entendió lo que quería decir el candidato socialista. Creyó que era un ataque personal y estaba marcándole el gran problema de su partido. Es lo que ha marcado esta legislatura y también la anterior: la corrupción.