Adioses, bienvenidas y el fantasma de Aznar

Días de adioses y de bienvenidas. En el primer apartado, la despedida de Mariano Rajoy, del que convendría recordar que no es que graciosamente se haya apartado a una esquina, no, es que 180 diputados le han echado del Gobierno, sentencia Gürtel mediante. Como habrá que comentar el discurso, repugnante por triunfalista, que ha endosado a su partido, en el que incluso se ha adjudicado el fin de ETA. Él, que tanto trabajó para que descarrilara el proceso de paz. Y ahí ha dejado a los suyos: sacaros los ojos, si os place, que yo os contemplaré desde el diván leyendo el As. Las bienvenidas son múltiples, que este goteo de ministros y ministras nos tiene en un suspiro. Por ahora es difícil no dar el parabién, porque los nombres elegidos por Sánchez vienen arropados por unos historiales profesionales más que respetables. Gana la meritocracia, y eso es bueno cuando se habla de servir al Estado. Esperemos a la lista final, pero en los primeros ministerios vamos transitando por caminos contrastados, sea Josep Borrell, sea Nadia Calviño o sea Teresa Ribera. Y por si éramos pocos en este frenético ir y venir, hoy se nos ha reaparecido el fantasma de Aznar. Se ofrece para no sé qué. Déjelo, háganos.