“Más de 2.000 niños se preguntan: ¿Por qué me quitaron a mi mamá?”
Natalie Arriola, voluntaria en un albergue para inmigrantes que llegan a Estados Unidos, se ha asomado a 'La Ventana'
Madrid
"Estamos ante una crisis humanitaria sin paliativos". Son las palabras de Natalie Arriola, voluntaria y portavoz del centro de Caridades Católicas de McAllen (Texas), un albergue dirigido por la monja Norma Pimentel que atiende a diario a centenares de inmigrantes que llegan a Estados Unidos.
“Más de 2.000 niños se preguntan: ¿Por qué me quitaron a mi mamá?”
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Arriola, separada de sus padres durante tres años cuando éstos abandonaron su Perú natal para trabajar en EE UU, ha explicado cómo llegan las familias separadas por la política migratoria del presidente Donald Trump: "Llegan muchas madres jóvenes llorando, con bebés o niños pequeños, muchos de ellos enfermos y con frío. Es algo que nos rompe el corazón".
El albergue en el que colabora Natalie ayuda a diario a unos 150 migrantes, que llegan "con un grillete en el tobillo tras ser detenidos como delincuentes". Allí les dan comida, ropa y duermen hasta que sus familiares les compran un billete de autobús para reunirse con ellos hasta que se celebre su juicio.
"En cuanto entran por la puerta, les decimos que no somos autoridades, que esta es su casa, les gritamos bienvenidos y les abrazamos", comentaba la voluntaria, que también ha descrito la reacción de los muchos niños que reciben: "Muchos llegan confundidos, pero cuando ven a gente que habla su idioma y que los recibe con una sonrisa, se tiran a nuestros brazos y empiezan a jugar".