¿Se les está yendo de las manos?

Madrid

Pedro Sánchez lleva 25 días en La Moncloa, muy intensos en lo político dentro y fuera de España. Y ese perfil oficial se ha reforzado desde su gabinete con imágenes de sus carreras por los jardines de Presidencia, de sus jugueteos con su perra Turca y del look que luce en el avión oficial. Ayer, el perfil de Twitter de La Moncloa dio una vuelta de tuerca más, tuiteó cuatro primeros planos de los antebrazos del presidente y se nos indicaba que “las manos del presidente marcan la determinación del Gobierno”.

Hay que tener mucha fe en el gestor de la cuenta presidencial para dar por buena la interpretación. Porque esos mismos gestos servirían para comentar el último partido de la Selección, una buena comilona o las virtudes de su nuevo teléfono móvil. No tenemos nada en contra, en general, de esas estrategias de acercamiento del personaje público para fomentar la empatía, aunque como las han empleado igualmente sátrapas sanguinarios y dignísimos gobernantes pueda ponerse en duda que su eficacia sea virtud. Pero lo de las manos roza una hagiografía ridícula que alimenta más el choteo viral que la admiración que se pretende transmitir. Quizás no estaría mal frenar un punto la creatividad, para que la cosa no se vaya de las manos.