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Opinión
El dietario de Ramoneda

Triste Unión Europea

Josep Ramoneda critica el acuerdo migratorio al que ha llegado la UE, cuestiona la renovación en el PP y alaba la desestimación del Supremo de la demanda contra el diputado Ferrán Civit

'Triste Unión Europea'

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Barcelona

Decía Merkel que la inmigración podría decidir el destino de la Unión Europea. Pues posiblemente sí y para mal después de asistir al lamentable espectáculo del sálvese quien pueda en una cumbre europea que ha aceptado el chantaje de los xenófobos. Cuando, con la crisis siria, los emigrantes llegaban por centenares de miles, Merkel dio una lección de dignidad poniendo a Alemania al frente de la acogida. Pero ahora es una líder en declive incapaz de imponer su autoridad a sus socios bávaros ante el silencio impotente de la socialdemocracia alemana. Y ha buscado salvar su gobierno, olvidando el destino de Europa. Triste Unión Europea que ofrece un espectáculo de fortaleza tambaleante empeñada en poner barreras cuando los flujos migratorios son más bajos que nunca: 43 mil ilegales en lo que va de año. O sea, nada. El rostro de Pedro Sánchez era un poema: ha visto en directo lo que es la política europea. Y se ha adosado a la Merkel, echándole una mano a cambio de alguna ayuda. Todo es muy cutre en las decadentes elites europeas. Es hora de reponer E la nave va, la película de Fellini.

Decían que Casado podría ser la renovación del PP y más bien parece el retorno a las fuentes aznaristas: autoritarismo, intransigencia ideológica y voluntad frentista. No hay síntomas de que el PP evolucione hacia una derecha abierta y liberal. Al contrario, los vientos de intransigencia que soplan en Europa juegan a favor de los duros. Las primarias de la renovación, que se han quedado sin votantes, pueden ser las del anquilosamiento definitivo.

El delito de odio, fruto de la pulsión de endurecimiento de las leyes penales de los últimos años, siempre ha sido motivo de controversia. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña acaba de aportar una buena dosis de sentido común. Al declarar, a propósito de una demanda contra el diputado Ferrán Civit, por distintos tuits sobre la Guardia Civil y la Policía Nacional, que por su propia definición el artículo 550 del Código penal solo puede referirse “a aquellos colectivos que puedan considerarse vulnerables”. Y las fuerzas de seguridad, evidentemente, no lo son. Se salva así el derecho a la crítica a los poderes públicos y el abuso que del delito de odio se hace a menudo para coartar la libertad de expresión. Una buena noticia judicial.

 
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