¿Y si suena la flauta?

Pendientes del encuentro Sánchez-Torra. Claro que nadie espera grandes acuerdos y, seguramente, tampoco pequeños. Lo que ocurre es que hay una enorme desproporción entre a quiénes representa el presidente del Gobierno y a cuántos el president de la Generalitat. Ganado a pulso el apoyo variopinto para su moción de censura, incluido el de las fuerzas catalanistas, atentos a la paradoja, Sánchez puede esgrimir la representación de muchos millones de españoles, de toda condición ideológica, desde Tarifa hasta los Pirineos. No puede Torra hacer lo mismo en su ámbito de poder, porque ha decidido que la mitad de los catalanes, los que no votaron su opción independentista, no existen, meros españolistas a los que no hay que tener en cuenta. Por supuesto que hay margen para un acercamiento, una primera piedra a la que deben seguir otras muchas, pero el campo de juego tiene unos márgenes conocidos perfectamente por Torra y las fuerzas que le apoyan. Esperanzas muy, muy limitadas, pero, ¿y si suena la flauta?