Un mínimo de orgullo

Madrid

41 años de Orgullo, cuatro décadas de reivindicar a voz en grito, a pluma abierta, con todo el brillor que aportan las lentejuelas, que tenemos diversidad sexual y que nos sentimos orgullosas de mostrarlo. De salir a la calle ya no a pelear, sino a celebrar que tuvimos un gobierno que legalizó el matrimonio igualitario y que, a pesar de que hubo quienes intentaron tumbarlo, no pudieron evitar que a día de hoy nos casemos con quien queramos. Festejamos que de nuevo las lesbianas tienen acceso a la reproducción asistida que le negaron los que decidieron que las que no tuvieran varón que se jodieran. Gritamos por la liberación trans. Por esa necesidad de que se cumplan las leyes que se hayan aprobado en los parlamentos territoriales pero que, los de siempre, se permiten no implementar por que se creen que siguen siendo los dueños del cortijo.

40 años de orgullo en Madrid , 41 años de la primera marcha ocurrida en Barcelona.

Llevamos años peleando por nuestros derechos y sintiéndonos abandonados por la clase política que decide las leyes bajo las que se nos defiende y protege. La derecha de este país es muy de dinamitar propuestas LGTBI y envidié a Canadá cuando hace dos años su primer ministro, Justin Trudeau encabezó la manifestación de su orgullo. Imaginar hace dos años a cualquiera del que entonces era nuestro gobierno en algo así era absolutamente impensable. Solo recuerdo en manifestaciones anteriores a nuestro inmenso Pedro Zerolo y a Bibiana Aído cuando era ministra de Igualdad. Así que imaginen lo impactante que ha sido ver encabezar la marcha de este año a la ministra de sanidad, consumo y bienestar, Carmen Montón y al ministro del Interior, Fernando Grande- Marlaska. Una imagen, una portada de periódico, una fotografía que tiene mucho significado.

Sanidad e Interior, dos ministerios profundamente relacionados con nuestros derechos y nuestras oportunidades personales.

Qué quieren que les diga... Yo echaba de menos sentirme mínimamente orgullosa de los políticos de mi país.