¿Cómo reconocer a un verdadero guía turístico?

Madrid

Las visitas turísticas gratuitas, que se basan en un pago voluntario a modo de propina al final del tour, se están popularizando en España así como en muchas grandes ciudades europeas. Sin embargo, detrás de su precio atractivo puede haber poca preparación y economía sumergida. Para hablar de este asunto, en el pasado SER Consumidor entrevistamos a Julia Molina, Vicepresidenta de la Asociación de Guías Turísticos de Madrid y guía turístico en Madrid, Toledo y en Castilla y León; y a Diego Lamas, Presidente de la Asociación de Guías Turísticos de Galicia.

Molina afirmaba: “Existe un tremendo problema: desde que se liberalizó la profesión en Madrid en el año 2009, toda la zona centro y monumental de la ciudad está invadida de los pseudoguías, que se ofrecen además gratuitamente, los denominados ‘free tours’, y que además no es verdad que sean gratuitos, porque luego piden propinas”. Lamas señalaba que la situación en Galicia también es grave, aunque “es situación diferente a la de Madrid, porque aquí la profesión no está liberalizada, sigue regulada”.

Según los entrevistados, tanto los falsos guías como los guías acompañantes hacen competencia desleal no solo desde el punto de vista profesional, sino también muchas veces desde el punto de vista fiscal: “Creo que ese tipo de guías ganan bastante dinero más que nosotros: la gente que les va a dar propina les va a dar como mínimo cinco o diez euros. En el momento en que lleven 30 personas…”, decía Molina. Lamas ampliaba: “En visitas que organizamos nosotros para individuales estamos hablando de 10 o 12 euros por la visita, con los impuestos incluidos. Nosotros básicamente en torno al 60% de lo que cobramos en cada tique es lo que nos queda, descontando el IVA, los impuestos, la parte proporcional por el día que trabajas y lo que pagas por la Seguridad Social. Nos queda aproximadamente el 60% de lo que facturamos”.

Molina recordaba que los guías turísticos profesionales están muy preparados, que tienen formación amplia y reconocida, no solo a nivel universitario, sino que además han tenido que pasar exámenes habilitantes en los lugares donde quieren ejercer o en Patrimonio Nacional. Algo en lo que Lamas coincidía: “gran parte del saber hacer de nuestra profesión lo da la experiencia. En el caso de los otros guías, estos no suelen durar mucho tiempo en ese puesto, realmente no acumulan la experiencia suficiente para convertirse en guías de buena calidad. Además, a veces paseando escuchas auténticos disparates por parte de estos guías no profesionales. Vamos a ver, cualquiera prepara sus visitas entiendo, entonces no es que la cosa sea constantemente garrafal. Pero sí que se escuchan disparates en muchas ocasiones”.

Sobre cómo reconocer a los guías turísticos profesionales, Lamas explicaba: “Hay obligación legal, al menos en las comunidades en las que se mantiene regulado, de llevar visible la acreditación de guía. Quien la tiene es guía y quien no la tiene, no lo es. Y después, quien da cuando se realiza una visita un tique numerado, con el número fiscal, o entrega una factura, esa persona está trabajando legalmente”. Los dos entrevistados recordaron que en todas las Comunidades Autónomas hay asociaciones donde pueden encontrar los teléfonos y contactos de los guías profesionales.