Mujica sobre la Memoria Histórica ''La España feudal sigue''
El ex presidente de Uruguay, Pepe Mujica ha presentado en el Festival de Venecia 'La noche de 12 años', una película del director Álvaro Brechner, con Antonio de la Torre sobre su cautiverio en una cárcel durante la dictadura
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Venecia
Pocas personas pueden estar más avaladas para hablar de Memoria Histórica que José Mujica, el expresidente de Uruguay. El Pepe, como le llaman, recibió seis balazos del gobierno que se convirtió en dictadura en el 73. Desde ese año y hasta el 85 estuvo preso, aislado en una cárcel donde no tenía nada, ni luz, ni sonidos, donde solo sentía la compañía de dos de sus compañeros del movimiento tupamaro, Eleuterio Fernández Huidobro y Mauricio Rosencof.
"La eterna contradicción de España", definía el problema que nuestro país, al que considera hermanado a América Latina, tiene con su pasado franquista. "Es la España Feudal que ahí sigue", decía a la prensa en un encuentro en el Festival de Cine de Venecia donde ha venido a apoyar dos películas que versan sobre su vida. La noche de doce años es la primera que se ha estrenado aquí en el Lido, con una ovación de más de diez minutos y vitoreando aquello de "el pueblo unido jamás será vencido".
Dirigida por el también uruguayo Álvaro Brechner, director de Kaplan o Mal día para pensar, retrata precisamente esos doce años de cautiverio, donde el estoicismo de los tres protagonistas ayudó a que sobrevivieran a aquel castigo. "Dicen que esas cosas de la Memoria Histórica son muy importantes, yo lo único que he visto es que el único bicho capaz de tropezar con la misma piedra es el sapiens".
Mujica vio la película, pero no pretende repetir el visionado. "Por mi madre y por otras cosas. Cosas que son contradictorias, porque en esos años, también generé un amigo de uniforme, un soldado raso. Ellos se jugaron el puesto por darnos una grapa o una manzana. La condición humana es muy entreverada".
El uruguayo no parece un político al uso, no maneja el blanco y el negro. Todos son grises en su discurso, todo es comprensión. "¿A usted le parece quedo cultivo la venganza", respondía a la prensa sobre si se puede o no perdonar un crimen como el que sufrió. "Lo importante de la vida es mañana. Yo no sé si perdono. No me preocupé de cobrarle nada a nadie, como cobrador sería un desastre. Me preocupo de vivir adelante".
A lo que vivió lo califica como "peripecia" y uno de los castigos más duros. "Eso es sin duda la expulsión de la comunidad. El ser humano no puede vivir en soledad". La cinta recrea el día a día en cárceles oscuras, con ratas, sin urinarios, donde los presos tenían prohibido hablar con nadie, escribir o ver la luz del sol. Ahora hasta bromea con algunas cosas que pasaron, como con las conversaciones de los soldados que les vigilaban y cuenta que lo bueno es que tuvo mucho tiempo para pensar todo lo que había leído. "El humor es un arma defensiva brutal. Una sabiduría humilde y defensiva".
Mujica no está cómodo con la figura de estrella de cine. "No vengo a presentar nada, más bien a ayudar". Trató de pagarse su estancia en el festival, pero no le dejaron. Tampoco estaba cómodo al principio con la idea de la película. "Cuando me dijeron dije que no. No me gustó nada. Fue una reacción como una especie de coraza que uno se pone para defenderse", confesaba Mujica. "Pero bueno, tal vez sirva apara que uno aprenda algo". Sobre la interpretación de Antonio de La Torre, de Alfonso Tort y de Chino Darín dice que hicieron la más rara que pudieron, pero que nota que pusieron el alma en la cancha.
Pocos expresidentes, ni españoles ni de cualquier otra nacionalidad, tendrían esta relación con la fama, el cine y su propia biografía. Mujica no habla de legado, no aceptó por eso. En realidad, Pepe Mujica accedió por la causa. "La causa son contenidos sociales, el que se mete a transformar el mundo, tiene eso. Lo que nos pasó a nosotros, fue liviano. Hay muchísimos que quedan por el camino. Cuando era joven pensaba que la lucha era por el poder, hoy que estoy viejo me siento hermano de todos los que sucumbieron en la historia, pero contribuyeron a la civilización".
Una causa que sigue sin estar completa. La desigualdad sigue existiendo o agrandándose. Con Venezuela en plena crisis económica, con la crisis migratoria y con la inestabilidad e inseguridad en países como México u Honduras. "En América pasan cosas que pasan en Europa también, pero las disimulan bien. Tenemos defectos a la escala nuestra y hacemos cada mamarracho… Las deformaciones están presentes en el mundo en que vivimos. Nuestra civilización dice que triunfar en la vida es ser rico y el que no es rico, no triunfa. Triunfar es levantarse cada vez que uno cae".
El capitalismo y su insistencia en el éxito a cualquier precio no interesan a uno de los políticos más carismáticos del mundo iberoamericano. Tampoco la palabra de moda en la política europea, el populismo. "Yo la palabra populista no la uso porque la usan para todos los fregados. Todo con lo que no se está de acuerdo es populista, otra lección para los medios de comunicación y algunos políticos.
Defensor de la Unión Europea, a pesar de sus problemas, Mujica pide algo así para la América del Sur. Ve el peligro del nacionalismo, pero de unos más que de otros. "El nacionalismo de los países chicos es una cosa buena porque sirve para forjar un carácter y una identidad. Pero cuando se exacerba se convierte en una cosa peligrosa", respondía a la pregunta de cómo ve lo que ocurre en Cataluña. "Eso sí, una cosa esel nacionalismos de los países chicos y el de un país grande. Eso sí es peligroso. Que tiemblen sus vecinos. Lo digo yo que pertenezco a un país que fue intervenido tres veces", decía el uruguayo que ha sufrido la injerencia de ese nacionalismo estadounidense en su propio territorio.
Ahora se ha retirado de la vida política y, lo que es más raro todavía, ha renunciado a su sueldo. ¿Por qué se ha ido? "El tiempo no perdona ni a las piedras. A veces sientes que haces un papel que no te motiva y estás haciendo sombra como un árbol viejo que no deja ver los arbolitos que hay abajo". Ahora busquen una reflexión así en la política española.