Selección de personal

En Chemmitz, una ciudad alemana, se organizado batidas contra inmigrantes y manifestaciones tras la detención de un iraquí y un sirio por el asesinato de un ciudadano alemán de origen cubano. Se ha respondido contra el racismo con un concierto que ha reunido a 10.000 personas. Música contra el fascismo, y contra el fascismo con lo que se tenga más a mano: aunque sea solo una sartén. Y especialmente contra esos estallidos ultras contagiosos; una cosa es estar en tu casa con tus pensamientos nazis, tus deseos nazis, tus pequeñas ambiciones nazis, y otra comprobar que en tu ciudad hay miles de personas que estaban llevando su nazismo en soledad y ya no les importa quedar fuera del chat. El roce de la gente que comparte un mismo sueño no tiene por qué ser bueno, de hecho casi nunca lo es. Pero en este caso es, desde luego, catastrófico.

La inmigración no es un proceso de selección de personal. Uno no llega a la frontera, se le miran los títulos o se le mide la espalda, y se comprueba cómo tiene los sentimientos para saber si es apto. Imagínate un pueblo tan cainita como el español interrogando a Abel para que no la líe. Lo que te quiero decir es que una persona que huye de una guerra o del hambre en su país no tiene por qué ser necesariamente una buena persona. El flujo migratorio es el flujo de seres humanos, y como todo ser humano, mayoritariamente bueno. Pero ocurre algo. Si esta noche un vecino de Sanxenxo, mi pueblo, ha matado a seis personas, a mí nadie me va a mirar mal por ser de ese pueblo, no voy a recibir una mala palabra ni voy a ser perseguido. Incluso si lo cometiese mi hipótetico hermano, que no lo tengo, a mí no se me endosaría ninguna responsabilidad; en cualquier caso, compasión. Sin embargo, si un nigeriano en Valencia mata a seis personas, su asesinato le puede pasar factura a un nigeriano en Gijón. La solidaridad de los desfavorecidos es para ayudarse entre ellos, no para justificar crímenes ni para ocultarlos, por eso hacer responsables a los inmigrantes de un país por el presunto crimen de dos de ellos, es propio de la comunidad antagónica: la que entiende por solidaridad ayudarse para perseguir al diferente y culparlo de todo. Racistas buscando una excusa con la que justificarse.