Sería un disparate que los partidos de izquierda le dieran la espalda

Barcelona

Manuela Carmena repite candidatura. Y sería un disparate que los partidos de izquierdas le dieran la espalda por mezquinos intereses revestidos de principios ideológicos. Manuela Carmena ha sobrevivido a un volcán, porque ha sabido estar en política sin dejar de ser una persona normal que transmite confianza y amparo a los ciudadanos. En medio del griterío, calma. Frente a la soberbia, una serena modestia. Tal como está el panorama, no es extraño que mucha gente se lo agradezca. Y los partidos harían bien en preguntarse por qué a menudo los ciudadanos premian presentarse al margen de ellos.

Sáenz de Santamaría se retira: deja la política después de 18 años. Cuando se ha ido a por todas y se ha perdido, lo más elegante es dejar vía libre a los que han ganado. Sáenz de Santamaría deja claro que tiene vida fuera del partido y que no tiene necesidad de agarrarse al tinglado a toda costa. Ha sido principal ejecutora de las políticas de Rajoy. Y, por tanto, irán hermanados en el balance que se haga de estos años. Con el tiempo quizás tengamos respuesta a una pregunta crucial: ¿cuál fue el papel de Soraya Sáenz de Santamaría en la construcción de la respuesta judicial al proceso catalán que lo sacó de la vía estrictamente política? Un detalle decisivo en la historia de este país.

También Suecia sufre el vendaval del populismo de derechas. La socialdemocracia resiste, pero la derecha se radicaliza. Y sus presuntos adversarios le siguen comprando la agenda. Manfred Weber, el candidato de Merkel a presidir la Comisión Europea, lo tiene claro: no quiere doblegar a los extremistas europeos “si no trabajar juntos y encontrar un punto en común”. Algún día se asumirá lo obvio: el populismo de derechas es la versión autoritaria del neoliberalismo. La pasarela es directa.