Conciliación laboral: un derecho de todos que está lejos de ser una realidad

Madrid

Largas jornadas de trabajo que se suman a las tareas domésticas y a la falta de medidas de conciliación. Barreras que impiden compaginar vida familiar y profesional y que afectan a todos, pero especialmente a las madres. 6 de cada 10 acaban tomando decisiones que implican renunciar a su carrera profesional según un estudio de la asociación 'Yo no renuncio', creada por el 'Club de las Malas Madres'. Una lucha, la de la conciliación laboral, que pasa, según la fundadora de este colectivo, Laura Baena, por tres puntos

Corresponsabilidad

Hasta el 45,2% de las mujeres que conviven aportando al hogar la misma cantidad de dinero que sus parejas declaran ser la principal responsable de las tareas doméstico-familiares, según los estudios de esta asociación. Solo el 9% de hombres proclaman esa responsabilidad. “Yo creo que la implicación del hombre en el cuidado de los hijos y en las tareas doméstico-familiares será la palanca de cambio a una conciliación real” explica Baena. Un cambio que permita, por ejemplo, elevar los apenas 54 minutos al día de tiempo libre que tienen las mujeres que trabajan por cuenta ajena. Igualdad en el hogar, para trasladarla después a los puestos de trabajo.

Flexibilidad laboral

Según datos de la OCDE, los españoles trabajan una media de 1689 horas al año, frente a las 1371 de Alemania. Además, según un informe del Instituto de Política Familiar, somos el segundo país de la Unión Europea tras Portugal, con menor flexibilidad laboral. Solo el 12 % de los trabajadores tiene horario flexible. La fundadora del 'Club de las Malas Madres' cree que lo que hay que hacer “es un cambio en los usos del tiempo, un cambio cultural para el que tenemos que prepararnos ya y dar el paso”. Un cambio que, según Baena, debe incluir incentivos para PYMES y unos permisos igualitarios e intransferibles de maternidad y paternidad, que allanen el camino para el tercer punto.

Educación y concienciación

Que debe empezar por las empresas, donde según los datos del Barómetro Cisneros de 2009, hasta un 18% de las trabajadoras embarazadas sufren presiones debido a su maternidad. Y que debe seguir por la familia y por el sistema educativo, para entender que la conciliación es un derecho. “Me parece muy importante entender la conciliación como un derecho de todos y todas. Es un derecho tanto si tienes hijos como si no tienes hijos”. Un derecho, asegura Baeza, que está lejos aún de ser una realidad.