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'Gigantes' contra el sistema

La violencia se hereda, la depravación moral se transmite: Enrique Urbizu construye un thriller seco y sucio sobre el mal. El que habita en cada ser humano, en una saga familiar o en un país podrido por la corrupción

Charlamos con sus protagonistas: Isak Férriz, Daniel Grao, Carlos Librado 'Nene', Elisabet Gelabert y Sofía Oria

Isak Férriz, Daniel Grao y Carlos Librado 'Nene', en una escena de la serie / MOVISTAR

Madrid

Hay en la fachada de la casa de los Guerrero un medallón de Saturno. La cámara se detiene antes de mostrar la entrada. Como en el cuadro de Goya –el padre devora al hijo en una alegoría del paso del tiempo y el poder- Abraham (José Coronado), en una de las primeras escenas de la serie, llega con sus hijos a ese hogar convertido en prisión. Educados en la barbarie, adoctrinados en la violencia, Enrique Urbizu te adentra en una familia condenada. No hay otra herencia que el mal y la depravación moral. Ese patriarca castizo y déspota inculca a sus tres vástagos una condición animal al servicio del negocio de la droga y el crimen. Son 'Gigantes'.

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El realizador vasco disecciona esta familia como metáfora de un país. Daniel es el heredero, un calco de su padre, la mano dura con vara de hierro que mantiene una lucha interna para no ser como él consciente de que lo lleva en la sangre. Impulsivo, vengativo, violento. “En mi personaje marca mucho el camino a seguir lo que hace José Coronado en el primer capítulo. Es su fotocopia pero a la vez quiere proponer una manera diferente de hacer las cosas. Mis hermanos no me siguen y entonces es traicionado. Quiere recuperar lo que es suyo", explica Isak Férriz, hermano mayor de esta saga corrompida. "La trama va por un lado pero el escenario, el decorado, va por otro, se pone el dedo en la llaga de la corrupción moral y sistémica y eso es lo que va apareciendo. Un tío del CNI que tiene grabaciones y va a ir soltando cuando le venga bien -cosa que nos resuena un poquito, ¿verdad?-, jueces que ante las evidencias van por otro lado, periódicos que tienen información y la dan en cuentagotas, la policía que tiene todas las pruebas del mundo y no puede hacer nada porque esta gente tiene demasiados vínculos con el poder. Hace un retrato desolador de esta España corrupta que sigue siendo y lleva siéndolo como mínimo 80 años", esboza el actor.

Daniel Grao interpreta al hermano mediano, a esa corrupción de traje. Tomás el sibilino, el estudioso, el refinado. "Tiene otra cara. Mi hermano mayor y yo son dos caras de la misma moneda. Son dos formas diferentes de encarnar el mal. Ni la familia que funda tiene la fuerza suficiente para parar el veneno de los Guerrero. Tomás es el nexo entre el submundo, el Barrio, las chabolas, los gitanos, y las altas esferas. Pero en esencia es la misma porquería, vista de traje o no. A mi personaje le permite codearse con las altas esferas pero se le escapa de vez en cuando la vena de barrio", aventura el actor. "Me gusta eso de que familia disfuncional es una redundancia, todas los son en cierta manera. Muchas veces la forma visceral de intentar escapar de la familia es desde la pelea, a veces confrontando directamente o más en la sombra. No me siento identificado, tengo estudios y sensibilidad al arte, aunque lo utilizo para ser un criminal. Esa sensibilidad lo desmarca. Pero de lo que reniegas, te somete, ningún de los dos va a ir terapia y lo va a canalizar de la forma más sana y positiva, sino que se van a pelear con esa herencia. Uno de una forma más descarada, arremangándose y metiéndose puñetazos, y el otro huyendo, estando en la sombra, evitando los guantazos, pero en última instancia, son Guerrero, y son víctimas de sí mismos, de su apellido".

Enrique Urbizu con Carlos Librado 'Nene' durante un momento del rodaje / MOVISTAR

Unos hombres autodestructivos que también buscan destruirse entre ellos. "La maldad arrastra, fascina, es tentadora e incluso gratificante. Es una pelea del ser humano", avisa Urbizu. Fuera de esa lucha está Clemente, el hermano pequeño. Prefiere dedicarse al boxeo en esos bajos fondos de un Madrid alejado del realismo a partirse la cara por los trapicheos de su familia. "Es el único personaje que quiere huir físicamente de la familia y del ambiente que le rodea, pero aunque lo intenta, alejarse del entorno, en lo emocional siempre vuelve por el amor a su hermano, que en el fondo es quien lo ha criado y cuidado. En lo físico lo intenta pero en lo emocional vuelve a ese pozo que es la familia Guerrero, arrastrado por donde tira la sangre, que es la maldad, la delincuencia, los delitos y a jugarse la vida. Mis hermanos se partían de risa de mi personaje, era el único tontito de los tres, el único que no es un puñetero mafioso, que no lleva la mafia en la sangre, que se quiere salir, pues frase que decía, frase que cuando cortábamos la escena, se estaban partiendo de risa. Era constantemente humillado por Daniel Grao e Isak Férriz", bromea Carlos Librado 'Nene'.

Una herencia envenenada, una estirpe condenada. Carmen es la reencarnación de su abuelo. La hija adolescente de Tomás (Daniel Grao) encarna la búsqueda de una identidad y abre una de las tramas más interesantes de la serie: los colegios de élite como incubadoras de fascismo. "Ella está totalmente confundida, no sabe lo que es ni lo que debe hacer. Se acaba refugiando, al tener ese rechazo tan brutal hacia la parte gitana de su madre, en un extremo neonazi. Cuando se van encontrando, se rebela contra todo, es una encarnación de su padre y de su abuelo, tiene el gen Guerrero ahí metido fuerte en la cabeza y en el alma. Se da cuenta que ha ido por un camino sin sentido. Descubre que lo que quiere es el poder", comenta la actriz Sofía Oria. Su padre no la protege, la arrastra. "Tomás entra en contradicciones internas con el tema de su hija, entiende que su madre quiera apartarla del mundo del que yo vengo, dejarla limpia, lo entiende, pero cuando ve que su hija puede ser agredida, le sale el mismo ramalazo que le hubiera salido a su padre. Que te atacan, a por ellos, no lo puede evitar por mucho traje que lleve. A lo mejor la violencia la emplea haciendo una llamada y no él directamente. Sin embargo, en esencia es lo mismo. Ese hay que eliminarnos viene de cuna, es el Gigante que viene de cuna", aporta Grao.

Elisabeth Gelabert es la policía que lucha contra la corrupción en 'Gigantes' / MOVISTAR

Y en este mundo masculino que se desmorona, emergen los personajes femeninos. También condenados a luchar contra la espiral del mal, rodeados de corrupción, puestos a prueba. Elisabet Gelabert es la policía que batalla porque aflore la mierda en un sistema podrido por las redes de poder. "Me parece muy interesante mi personaje, está contado en la historia del cine, Gary Cooper en 'Solo ante el peligro', esa heroína sola ante el peligro, pero con una certeza y una determinación, sin una fisura por hacer lo que debe ser”, explica orgullosa la actriz, quien asegura que no hay una vocación de género en la construcción de los personajes. "No hay renuncias personajes en las mujeres de la serie como un ejercicio de género. Tiene que ver más con una humanidad, todos renunciamos. Son sacrificios en un momento dado. No hay un complejo ni un cómo vamos a tratar a las chicas, eso no existe, me gusta que de alguna forma se vayan haciendo alianzas entre nosotras para frenar esa moralidad, esa negritud tan masculina y tan vieja a la que estábamos acostumbrados", sentencia.

La España corrupta

Dice Urbizu que el patrimonio del mal es transversal. La corrupción es endémica. La serie constituye un relato atroz de la España de las últimas décadas, corrompida a todos los niveles. Los Guerrero representan esa legitimación social del crimen que extiende sus tentáculos hasta el fango de nuestros días ¿Qué hacemos con esta España corrupta? Hablan los actores, 'Gigantes' contra el sistema:

Isak Férriz: La corrupción es un continuo, justamente acaba de salir la ratificación de la condena de Rodrigo Rato. Me voy a contener un momento. Yo siempre intento empatizar y entender desde qué punto este tipo de gente puede pensar que lo que hacían no era malo, no era asqueroso en el fondo, gastarse dinero público en fiestas, prostitución, drogas, comuniones… hasta qué punto tienes que estar alejado de la realidad como para no entender que eso no puede ser. No he conseguido empatizar con ellos. Me estoy intentando alejar de pelearme contra ello. Eso va a existir, es endémico de nuestra sociedad, los cambios requieren de muchos años, de invertir en educación, tanto pública como para los padres. Sin educación en casa, no sirve de nada. Me enerva mucho. Llevo un año también bastante caliente como catalán.

Carlos Librado 'Nene': La base es la educación. Si echas un vistazo a la historia de este país, es un mal endémico, hemos sido un país con unos gobernantes inútiles, codiciosos, ignorantes, cuando los que mandan tienen esa forma de comportarse, el pueblo intenta salir de la forma en que puede. En la historia se ha visto que el español, el ADN, es el pillaje, la picaresca, la envidia, el cainismo, envidiar al que le va bien, si puedes hundir al vecino, lo hundes… Es algo muy marcado que costará muchísimos años cambiar. Por desgracia, va en nuestros genes ser unos maleducados y unos ignorantes, y mientras los que mandan no hagan nada por mejorar la educación de los que están llegando, vamos a seguir en este camino No me sorprende nada de lo que veo a diario ni de lo que va a venir.

Isak Férriz añade: Me sorprende el hecho de que no tengan miedo. Que no se den cuenta en su escala de valores que eso no es malo. Recuerdo una comisión de investigación en la que David Fernández –exdiputado de la CUP- le dijo a Rato que si no tenía miedo. Y Rato, desde su soberbia, le contestó: a quién, a usted. Y David le dijo: no, a que a la gente se canse y se rebele contra ustedes y echen a la mafia de una vez. A mí lo que me sorprende es que ellos no tienen ni por asomo miedo a que esto vaya a suceder, y ese sería el gran cambio a ejercer, que perdamos el miedo y hagamos las cosas diferentes.

'Gigantes' contra el sistema: así es la serie de Enrique Urbizu

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Elisabet Gelabert: La historia de la ficción también es esa, cuanto más rascas y más tiras del hilo, más desesperada te quedas y pierdes la esperanza. Es descorazonador el panorama. Me da mucha pena que este cambio de la fachada política que estábamos viviendo en estos meses, de pronto haya otra vez mentiras, portadas, grabaciones. Dices, pero por favor, nunca vamos a terminar de limpiarlo. Todavía querer ocultar las cosas y seguir tapando. Coño, que alguien diga la verdad de una santa vez, que se asuman responsabilidades. Hay que hacer un cambio radical porque el caso de los señores respetables -que significaba llevar un traje caro y una corbata- que todavía sean considerados respetables, esos son los grandes criminales de este país. Los que nos han llevado al lugar en el que estamos. Y ya no solo en el plano económico, sino también cultural, estamos atocinados, lo único que consigues es querer dar la espalda, ves un periódico y lo quieres tirar a la basura, no quieres leer más. Hay que meter caña con la cultura y la educación, es lo único que nos puede salvar. Que los ciudadanos cambiemos nuestro chip y dejemos de considerar respetable a esa clase política.

Daniel Grao: La serie es un puñetazo en la cara del espectador con que la corrupción y la miseria humana está en el ser humano. Da igual tu edad, tu raza, tu escala social, a lo que te dediques, eso está intrínseco. O cada uno de nosotros nos trabajamos, y así poder evolucionar como sociedad más sana, que también está muy bien reflejado como la matriz de todo eso es la familia. La representación pequeñita de la sociedad es tu propia familia. En el trabajo escalonado, empezando por uno mismo, la familia y llevado a la sociedad sería la manera de sanar este sistema. El sistema está podrido, de eso nos habla Gigantes y por qué está en cada uno de nosotros. Cada vez creo menos en la revolución política, no deja de ser forma en el mundo de los egos, discutir, discutir, no creo que nos lleve a muchos sitios por muchas formaciones nuevas que surjan. Creo que la revolución ha de ser poética, es personal, y tiene que ver con el grado de conciencia, no por la identificación de soy rojo o soy azul y nos peleamos. Eso no nos lleva a ningún sitio. No querer poner debajo de la alfombra lo que nos parece negativo, porque al final nos someterá y acabaremos admitiéndolo, sino vamos a aceptarlo nosotros mismos y reconducirlo de la manera más sana. Es un poco utópico, pero sería por ahí…

Urbizu, arqueólogo y maestro

Confiesa Carlos Librado que, en algunas ocasiones, da pereza promocionar una serie. En este caso, no. Dice que aquí han formado una familia y no es una de esas frases recurrentes para quedar bien. Urbizu deja huella. Todos estaban encantados de reencontrarse tras terminar de grabar la segunda temporada y su paso por el Festival de San Sebastián. "Le he pedido que me adopte (risas) pero me ve un poco mayor. Ha sido increíble. Un director tanto en cuestión de imagen como de actores, no le gusta mucho ensayar las escenas para no quemarlas, te da unas pautas al empezar a rodar y a partir de ahí, tú tiras. Si tiene que afilar un poco, te dice luego algunas cosas. Pero es que además en lo humano crea un buen ambiente en el rodaje, que desde el último figurante hasta el último eléctrico se enamoran de él. Hace un rodaje fácil, que genera que todo el mundo esté distendido. Se dice mucho lo de la familia, algunos seguramente para quedar bien, pero en este proyecto todo el equipo ha sido increíble. Me ha dado mucha pena, pasará mucho tiempo hasta que consiga algo parecido", resume apenado.

Elisabeth Gelabert ha desarrollado el mismo amor. O incluso más. "Yo no le he pedido que me adopte, le he pedido que se case conmigo (risas). Estoy tristísima porque se haya terminado, tuve un bajón después de San Sebastián. Tienes la certeza de que esto es bastante irrepetible. He tenido momentos de absoluta felicidad, ver armonía en el rodaje, todo el mundo feliz trabajando a la misma, todo el mundo se siente importante en lo que está haciendo. A nivel personal, me lo ha enseñado todo, ha sido como pasar por una universidad de nuevas, no soy una cría, no estoy empezando, pero él me ha dado tantas herramientas nuevas, con tanto cariño, con tanto respeto, es un tipo que confía en ti desde el minuto 0. Una vez que te da la mano, luego te puede dar toda la caña del mundo hasta que encuentra lo que quiere, pero va contigo, no te va a dejar, es leal".

Una de las claves de 'Gigantes' es el trato al espectador. Un público lector, capaz de extraer conclusiones de pinceladas, de completar elipsis. "No trata al espectador de inútil, lo trata de inteligente y eso es ya una manera de cambiar las cosas. Si nos acostumbramos a que nos lo den todo masticado, no vamos a hacer ningún esfuerzo como espectador. Si los planos no simbolizan nada, vamos a perder esa manera de leer las películas. Enrique es un arqueólogo del cine, puede estar horas hablando de la simbología de los planos. Incluso en el montaje, cuando un plano acaba su significado, tiene un corte abrupto. No hay por qué seguir la cola final hasta el infinito, que es lo que hacen la mayoría. No quiero decir que Enrique sea el mejor -pero casi, interrumpe Carlos-, pero es muy fiel a sí mismo, y eso también es un peaje muy duro. Es una manera de cambiar la perspectiva de ver las series o el cine", detalla Isak Férriz, que se sorprende incluso de dónde fue capaz de llegar en algunas escenas. Su despliegue interpretativo lo coloca como uno de los personajes del año.

Para Daniel Grao, no hay debate. "Lo mejor que le puede pasar a un actor es que le dirija Enrique Urbizu, es un regalo. Hay buenísimos directores y hay maestros, muy pocos, y Enrique es uno de estos. No solo porque es una enciclopedia del cine, aprendes todo el rato, sino porque tiene algo que es muy conciso, su presencia, hace que todo se ordene. El equipo técnico, tu personaje, te ordena el trabajo con una frase, te recuerda el aroma, te ubica. Hace una invitación muy generosa a jugar a saco, te distancia mucho de ti, ser esos personajes tan de cómic, de cine negro, de wéstern, esos diálogos no naturalistas, no convencionales… es un caramelo para cualquier actor disfrutar de esa composición de personajes. Va a la esencia de la forma más descarnada posible". Después de media hora de conversación, ‘Nene’ quiere cerrar la charla con un mensaje: "Nos has jodido la vida Enrique Urbizu. Después de conocerle, para todos los actores y todo el equipo, va a ser muy difícil volver a trabajar igual. Si escuchas o lees esto, nos has jodido la vida, Enrique".

José Coronado, Abraham Guerrero en la serie, el patriarca / MOVISTAR

José M. Romero

José M. Romero

Cubre la información de cine y series para El Cine en la SER y coordina la parte digital y las redes...

 
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