Nos acercamos a las decisiones de verdad

Aún queda tiempo, pero poco a poco nos vamos acercando al gran momento de las decisiones. Estamos por ahora, como se ve y se oye, en meses de boberías variadas. Ocupados políticos y plumillas, con miles de canallas libando en las llamadas redes sociales, que el señor los tenga en su gloria, en el trending topic más estúpido, la frase más necia o el vídeo viral más ridículo, apenas sí somos conscientes de que los segundos, los minutos, las horas, los días, las semanas y los meses van pasando a velocidad de AVE. Ya vuelan los presupuestos del gobierno Sánchez rumbo a Bruselas, y allá dirán lo que tengan que decir. Pero la suerte está echada. Mientras, con el cronómetro corriendo hacia atrás, tic-tac, tic-tac, estamos llegando al punto central de tanto circunloquio: ¿Qué van a hacer los partidos catalanes, soberanistas, independentistas o medio pensionistas, con estos presupuestos? ¿Se empeñarán en el imposible de canjear juicios por cuentas públicas? ¿De verdad piensan Torra o Tardá que existe algún Gobierno en el mundo que se deje chantajear en público con ese desparpajo de gritarle o me das esto o te quedas sin lo otro? Así que bien, Sánchez tendría que comerse sus presupuestos y tirar con los de Rajoy, pero el meollo de la cosa, el hueso de la aceituna, seguirá intacto: ¿qué les espera a los independentistas?