Irse es irse

Madrid

Pregunta para empezar el miércoles: ¿habrá acuerdo hoy sobre el Brexit? O lo peor, ¿Habrá desacuerdo definitivo?, ¿o un nuevo plazo para negociar? Todo es posible ya en la historia de un divorcio en el que todos pierden, todos perdemos. Hay cumbre europea, la cumbre del último plazo que le dieron a Theresa May. Veremos.

De lo que nos toca más cerca lo único cierto es que hay 300.000 británicos viviendo en España, al menos 130.000 españoles viviendo en Reino Unido, muchas empresas con intereses compartidos. Mucho en juego allí, aquí, pero sobre todo mucho en juego en toda Europa. España, el Gobierno de España ha conseguido ya un protocolo específico sobre Gibraltar, aunque quedan flecos sobre política fiscal para evitar casos de evasión. Pero el Peñón no va a ser un obstáculo para el acuerdo. Sí lo es la frontera de Irlanda y la pretensión británica de irse con las ventajas de quedarse.

Los dirigentes británicos metieron a su país en un relato mágico, similar al de los independentistas en Cataluña. Un relato que decía que irse de Europa salía gratis y que además solo irse lo arreglaba todo: la sanidad, la vivienda... Algunos confesaron su mentira al día siguiente del referéndum del Brexit, pero ya era tarde. Y en la política adolescente y mágica en la que se mueven los nuevos populismos, algunos reclaman ahora otro referéndum, como si hubieran suspendido la selectividad y pudieran ir a septiembre después de haberse estudiado un poco mejor las consecuencias de una ruptura.

Theresa May llega viva políticamente a la cumbre de esta tarde, lo que no es poco, porque la mitad de su gobierno se la quería cargar antes de esta cita. Pero nada está garantizado a unas horas de que termine el último o el penúltimo plazo.