"Una buena novela tiene que ser el resultado de una buena terapia"

Madrid

"Sé que si yo me emociono con lo que escribo, quien me lee se va a emocionar igual en el mismo momento". Autor, traductor, filólogo y poeta. De entre la obra de Alejandro Palomas se puede destacar obras como El tiempo del corazón o El secreto de los Hoffman. Acaba de publicar un nuevo poemario, Quiero. Macarena Berlín conversa con el ganador del Premio Nadal 2018 por la novela Un amor.

Asegura que la escritura le ha aportado el reflejo de un Alejandro que le gusta. "Cumplidos los 50 me encuentro con alguien al que he trabajado mucho, alguien que disfruta de sí mismo". Experimentó un cambio vital cuando decidió ser él mismo, ya que "la vida es muy relativa". Alejandro sufrió bullying en su vida y tras un largo trabajo de desconstrucción sostiene que llega fresco a la madurez y con toda la vida por delante.

Palomas mantiene que a la hora de escribir hay que llegar ya terapiado. "Una buena novela tiene que ser el resultado de una buena terapia, no tiene que ser la terapia". Mantiene que uno no puede terapiarse mientra escribe. "Tienes que crear una buena novela a partir de un cerebro, más o menos, sanado", enuncia el escritor.

En Una madre habla de la familia y del carácter matriarcal de esta. Incapaz de llegar a asumir la muerte de su madre, el autor decidió anticiparse y preguntarse cómo sería cuando llegase ese momento. "Yo escribí esta novela para que mi madre no se muriera". Como explica él mismo, "pensé que mientras yo siguiera escribiendo sobre ella, no se moriría".

Palomas asegura que con los personajes masculinos no acaba de encontrar su sitio, de ahí que trabaje más a los femeninos. Las mujeres como personajes tienen muchas aristas, "te regalan muchos momentos". El escritor dice ser individual a la hora de escribir. Sin embargo, destaca que con Un amor lo mejor que le ha pasado es que hubo algún momento en el que consultó sobre sus personajes a sus hermanas. Declara que la trilogía ha cambiado su vida en el sentido de que su familia ya no es solo eso, sino que ahora se mueven como un equipo. "Mi madre es el faro y el resto nos movemos alrededor".

El escritor se considera un autor orgánico e intuitivo. "Voy aprendiendo sobre mí a medida que voy aprendiendo sobre los personajes". Palomas afirma que le interesa más la emoción que la épica de una trama y mantiene que "cada uno busca las emociones donde puede". En su caso, asegura que "lo más bonito que tiene vivir es provocar emociones en los demás".

El autor, que escribe más sobre las mentiras que sobre las verdades, dice que son una base para la creación. A nivel personal, afirma Palomas que le bloquean, pero a la hora de escribir "funcionan muy bien porque son muy humanas".

Reúne ahora toda su poesía en Quiero, un poemario que define como un "pequeño viaje por el despertar a una segunda vida". Para Palomas, el lenguaje es música, "nunca tengo la sensación de estar escribiendo una novela, yo estoy componiendo". Sobre su poesía afirma que para él es como pintar. "Tengo un lienzo en blanco y voy manchándolo de pequeñas islas de palabras que son como mi casa".

Palomas, ganador de premios como el Nadal o el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, cuenta que no sabe dónde coloca los premios, porque ni siquiera sabe dónde están. Es tajante con su opinión sobre esto: "El premio es poder vivir de lo que te gusta". Relata que un mes después de ser premiado con el Nadal, ni se acordaba. "Los premios son como lo de las misses, te ponen una cosa en la cabeza y al cabo de un año la tienes que entregar a la cabeza de la otra". Los premios no le cambian la vida, "el premio que yo quiero es que le pongan mi nombre a una biblioteca".