Un cura violador denunciado y condenado en la España republicana

En la Orihuela de 1932 en plena Segunda República, en el asilo de beneficencia,  dos niñas acogidas en ese orfanato sufrieron abusos sexuales por parte de un sacerdote. De hecho, una de ellas quedó embarazada. En un hecho insólito, la corporación municipal de Orihuela al tener noticia del caso de las dos menores se atrevió a investigar y castigar al culpable. El párroco fue condenado en 1933 a tres años de prisión.

Jose Antonio Muñoz Grau, escritor y maestro de un colegio católico durante 41 años, recoge en su novela "Amores sotánicos" este hecho excepcional real y nos ha contado cómo se cursó dos comisiones de investigación para esclarecer las violaciones . Toda la documentación que existe es pública, y tal y como se refleja en las actas de la comisión municipal "el director del centro advierte al ayuntamiento que está oyendo y que hay  rumores de que allí se  están cometiendo actos inmorales. El Ayuntamiento encarga una comisión de investigación  a la oposición, a Mazón Torrecillas, un hombre ultracatólico que se cree la versión del cura y dice que las niñas mienten". Pero en otra comisión, a la que acude el Gobernador Civil, que había mostrado mucho interés en el caso, impulsa otra comisión que acuerda  enviar todas las investigaciones practicadas al juzgado, y que determinó una pena de tres años para el párroco.

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En el juicio, ambas víctimas dieron detalles de los abusos sufridos "incluso de la habitación, de horarios, y de una cama situada frente a un altar".  El sacerdote tras cumplir condena, al comenzar la Guerra Civil, sale en libertad y prosigue su carrera eclesiástica," fue la primera víctima de la República, como homenajeado en cierto modo, recuperado para la Iglesia con honores y llegó a ser canónigo de la Catedral de Orihuela"

Sentencia Grau, que este hecho nos da una 'lección de memoria histórica de hace de 90 años".