¿Queremos saber lo que cobra y paga nuestro vecino?
Alicante
Finlandia, Suecia y Noruega celebran cada año lo que popularmente llaman el Día de la envidia. Es la jornada en la que las autoridades fiscales abren sus archivos a los ciudadanos para que puedan consultar lo que cobran y lo que contribuyen sus compatriotas: el vecino, el jefe, el compañero de trabajo o ese familiar que siempre anda quejándose. Lo hacen en nombre de la transparencia y de la libertad de información.
Son dos nobles principios. Y se nos ocurre que esa práctica contribuye además a descubrir brechas salariales o indecentes desfases entre lo ganado y lo aportado a la comunidad. Es algo que, en general, nos parece bien con los ricos riquísimos - por eso devoramos la lista Forbes -, incluso con personajes populares o con políticos. Pero la pregunta es cómo nos sentiríamos si fuéramos nosotros los escrutados, porque la curiosidad es infinita y la riqueza es relativa según con quien te compares. Ahí está la polémica.