Leo Bassi: "No quiero morir antes de tiempo"

Dice que es un bufón. Y que ofrece tan sólo su manera de ver el mundo a aquellos que quieran pagar la entrada. Él es Leo Bassi que representa en el Teatro Alfil de Madrid 'La Revelación', una obra que lleva por subtítulo "...en nombre de la razón". En el cartel del espectáculo se puede ver al cómico con un crucifijo en la mano derecha y un micrófono en su izquierda. Esa es su única arma: el micrófono. Porque Leo Bassi defiende (o ataca, o rie, según se mire) con la sola ayuda de la palabra. Cree que ha abierto la caja de pandora con este último trabajo con el que, además, cree haber vuelto al siglo XVIII.

Ayer, un trabajador del teatro madrileño, Carlos, descubrió un artefacto que algunos dicen que era tan sólo incediario y otros definen como explosivo. Lo mismo le da al actor cuya calva y gafas se han convertido ya en toda una referencia indiscutible del humor corrosivo. Eso sí, se lo toma con humor: "Si Dios existe seré castigado. Y entonces a toda la gente que está ahí fuera rezando que quiere ayudarme para que vuelva [al buen camino]...si Dios es tan poderoso como se dice y si soy tan demoiniaco como como afirman, seré castigado cuando muera, pero no quero morir antes de tiempo".

No sólo se refiere Bassi a la bomba de ayer sino a los manifestantes que el viernes pasado se agolparon a las puertas del Alfil para rezar e incluso meterse con los espectadores que hacían cola para comprar su entrada para ver su trabajo.

Han demonizado su espectáculo

Critica el cómico que haya habido personas que le hayan "excomulgado" sin haber visto siquiera 'La Revelación', un trabajo en el que, asegura, tan sólo critica que la Iglesia Católica se niegue a repartir preservativos para frenar el avance del SIDA al considararlo prácticamente un verdadero pecado. Incluye en la lista a los medios de comunicación que de manera irresponsable, dice, han demonizado su espectáculo.

El artefacto que un hombre de mediana edad no identificado puso ayer en el Alfil contenía una gasolina diferente a la que suele utilizar Leo Bassi en sus apariciones. La primera se puede comprar en cualquier surtidor. La segunda, es la que utilizamos todos los días para comunicar ideas, para relacionarnos con el resto de los seres humanos. Claro que muchos pueden considerar la Palabra como un arma como hizo Jesucristo con resultados que nos desvela la misma Biblia.

La función continúa

Sin perder un ápice su sentido del humor, Leo Basi ha recordado hoy, en el escenario en el que se va a subir hasta el 12 de marzo (no habrá proroga), que lo sucedido ayer le podría recordar a una película de Woody Allen o incluso de los Lonely Tunes, aquella serie norteamericana de dibujos animados donde las bombas le expoltaban siempre al malo.

Claro que si se ha mostrado preocupado por los posibles resultados que hubiera tenido esa bomba de fabricación casera. Tras citar en un perfecto francés a Voltaire ("no estoy de acuerdo con lo que usted dice, pero puedo defender con mi vida lo que usted quiere decir"), Bassi sí ha dicho que quien se atrevió ayer a hacer lo que hizo no iba contra él sino contra quien quiso ayer pagar la entrada para ver su trabajo. "Ese hombre es un enfermo. Su lugar es una clínica en cualquier parte. Y entonces hay que encontrarlo ".

Arropado por actores y actrices de toda laya y condición Bassi, que ha llegado a sugerir que se le ha cruzado por la cabeza cachear a los espectadores antes que estos ocupen sus localidades, se ha preguntado en qué país vivimos y si esto es Europa. Y ha añadido lapidario: "Yo voy a ir adelante".

Y como muestra, un botón. Hoy saldrá al escenario. Lo hará hasta mediados del mes que viene.