La justicia francesa condena a la multinacional Monsanto por "publicidad engañosa"
La compañía, líder mundial en la producción de herbicidas, deberá pagar 15.000 euros por vender un producto como "totalmente biodegradable"
La multinacional estadounidense Monsanto, principal productor de herbicidas del mundo, mintió en una campaña de publicidad al vender su pesticida Roundup como asimilable por el ecosistema, según un tribunal francés. La justicia condena a la empresa a pagar 15.000 euros de multa. Monsanto defiende su producto y alega que otra demanda similar se desestimó en Alemania.
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La sentencia de un tribunal de Lyon es consecuencia de un proceso que comenzó en 2001 a raíz de una denuncia presentada por la ONG francesa Eaux et Rivires de Bretagne (ERB) ante el Ministerio del Medio Ambiente galo. ERB acusó a la filial francesa de Monsanto así como a Scotts France de mentir en su publicidad ya que este herbicida posee glifosato, una sustancia tóxica que, según la Comisión Europea, tiene graves consecuencias medioambientales a largo plazo.
El herbiciba se presentaba en una campaña en televisión en 2000 como "cien por cien biodegradable, limpio, respetuoso con el Medio Ambiente, eficaz y seguro, utilizado según las indicaciones del fabricante no presenta riesgos particulares para el ser humano o los animales domésticos".
En su sentencia, el Tribunal de Lyon entiende que el glifosato "no es biodegradable". "Además, tanto Monsanto como Scotts France conocían las características ecotóxicas del producto y, a pesar de ello, difundieron mensajes publicitarios engañosos con argumentos ecológicos erróneos con el objetivo de hacer creer falsamente en la existencia de una inocuidad total e inmediata para el Medio Ambiente de sus productos", explica el Tribunal.
En 1996, Monsanto ya fue condenada por la justicia estadounidense por los mismos motivos y finalmente tuvo que retirar este producto del mercado. Aunque sus métodos publicitarios seguían siendo investigados, el ''Roundup'' se convirtió en el herbicida más utilizado en los jardines y campos galos, según recuerda la ONG.
Monsanto se defiende
La filial de la compañía en Francia mantiene en un comunicado que el glifosato tiene un carácter biodegradable "puesto que se transforma en productos naturales en el suelo en pocas semanas", y en el agua en pocos días -en comparación, una piel de naranja tarda seis meses en degradarse-.