El Papa amenaza con excomulgar a los políticos católicos partidarios del aborto
Benedicto XVI se reunirá hoy con el presidente Lula para hablar de pobreza y se dirigirá a miles de jóvenes en un estadio de Sao Paulo en su primera visita a Brasil
Ciudad del Vaticano
El Papa ya está en América Latina. Benedicto XVI llegó ayer por la noche a Sao Paulo, Brasil, donde realizará una visita pastoral los próximos cinco días. El avión en el que viaja, un Boeing 777 de la compañía Alitalia, aterrizó en el aeropuerto internacional de Guarulhos a las 16.02 (21.02 hora peninsular española), casi media hora antes de lo previsto.
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En el aeropuerto le recibió el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien asistió a la primera bendición que el Pontífice pronunció nada más aterrizar. Después se trasladó al aeropuerto de Campo de Marte, donde le esperaban miles de católicos latinoamericanos, y donde el alcalde, Gilberto Kassab le entregó las llaves de la ciudad. Desde allí, el papamóvil le llevó hasta Sao Bento, nombre en portugués del monasterio de San Benedicto, donde se alojará hasta el sábado.
El primer mensaje que el Papa ha trasmitido en Brasil ha ido dirigido al respeto a la vida, "desde el momento de la concepción hasta su declive natural", palabras que se han interpretado como una advertencia a México, país en el que se ha legalizado parcialmente el aborto, y también a Brasil, donde hay una propuesta para debatir la celebración de un referendo sobre el tema. La atención a los pobres y los abandonados y la consolidación de la familia como célula básica de la sociedad han sido otros temas proclamados por Benedicto XVI.
Referencias al aborto
Pero antes de llegar, en unas declaraciones realizadas durante el vuelo, el Papa ya se refirió al aborto y a la excomunión de los legisladores de Ciudad de México que respaldaron su legalización en las primeras 12 semanas de embarazo. "No es nada nueva", dijo Ratzinger, "así está previsto en la doctrina de la Iglesia".
También habló de otro de los temas más polémicos del viaje: los católicos que abandonan su fe para unirse a iglesias evangélicas protestantes en dicha región. Aunque Benedicto XVI asegura que son su "mayor preocupación", la expansión del protestantismo muestra también que hay una "sed de Dios". "Tenemos que ser más dinámicos", ha señalado Benedicto XVI, al tiempo que ha adelantado que pretende establecer una estrategia para responder a esta situación cuando se reúna con los obispos latinoamericanos.
El Papa está convencido de que el futuro de la Iglesia católica se decide en Brasil. Ha confesado conocer bien la historia de este país y cómo ha evolucionado la fe católica en sus regiones, a pesar de "que fue perseguida a finales del siglo XIX por fuerzas neoliberales". También le interesan "las culturas indígenas" de un "continente ejemplar donde se resuelvan los grandes problemas de la humanidad".