Sociedad

'Txeroki', el terrorista que decidió romper la tregua

Mikel Garikoitz Aspiazu Rubina era el principal objetivo de las fuerzas de seguridad. Encarnaba al sector más duro de ETA, responsable del atentado de la T-4 de Barajas en diciembre de 2006

Jefe de los comandos militares de ETA Mikel Garikoitz Aspiazu, alias Txeroki

Mikel Garikoitz Aspiazu Rubina, 'Txeroki', se había convertido en los últimos años en el principal objetivo de las fuerzas de seguridad, ya que encarnaba al sector más duro de ETA, opuesto a la tregua y responsable de la decisión que acabó con ella: el atentado de la T-4 de Barajas en diciembre de 2006.

Nacido en Bilbao el 6 de julio de 1973, 'Txeroki' ó 'Arrano' ó 'El Indio' destacó por su violencia en la kale borroka, según fuentes de la lucha antiterrorista, que sitúan su salto a ETA en el año 2000, tras la ruptura de la tregua de 1998-1999, como colaborador del 'comando Vizcaya'.

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Tras la detención de los principales integrantes de ese comando, 'Txeroki' fue uno de los encargados de reconstruirlo y en esa época participó en varios atentados, entre ellos el asesinato del magistrado José María Lidón en noviembre de 2001.

Otro de los atentados en los que los investigadores sitúan al etarra detenido fue la colocación de una bomba lapa en febrero de 2002 en el vehículo del dirigente de las juventudes socialistas vascas, Eduardo Madina, quien perdió una pierna en la explosión.

A mediados de ese año, Mikel Garikoitz Aspiazu se trasladó a Francia y rápidamente entró en el círculo de confianza del entonces máximo dirigente de ETA, Mikel Antza y de su compañera Soledad Iparraguirre 'Anboto'.

'Anboto' se encargó personalmente del adiestramiento del etarra que, a su vez, asumió tareas de formación de comandos en el uso de armas y explosivos.

Las fuerzas de seguridad creen que "Txeroki" que, a partir de 2004 se hizo cargo de la coordinación de los comandos, representa el sector más duro de la banda y los expertos le apuntan directamente como responsable del golpe de timón que supuso el atentado de Barajas que puso fin al denominado proceso de paz en diciembre de 2006.

Aspiazu Rubina es el mayor exponente de la nueva ETA de la que se viene hablando desde el último alto el fuego.

Terroristas venidos de la kale borroka, sin demasiada experiencia, pero más violentos y poco amigos de negociaciones.

Además, esos terroristas estarían organizados en una estructura más preocupada por la seguridad y, por tanto, serían menos conocedores cada uno de la actividad de los otros.

'Txeroki', además de dirigirles, parece haber sido su único contacto, evitando así fugas y filtraciones, siempre según las hipótesis policiales, en las que se destaca que el jefe del aparato militar de ETA ha participado directamente en reuniones, traslados y cursillos que en principio parecerían más indicados para cargos intermedios.

Ese contacto directo de Aspiazu con los miembros de los comandos a los que enviaba a atentar a España se puso dramáticamente de manifiesto en diciembre de 2007 en el asesinato en Capbreton (Francia) de los guardias civiles Fernando Trapero y Raúl Centeno, ya que, según el testimonio de dos etarras detenidos del comando Nafarroa, 'Txeroki' les confesó que fue él directamente quien apretó el gatillo.

 
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