Sociedad

40 días en una prisión turca por comprar un regalo que resultó ser una pieza histórica

En Turquía está vigente una ley por la que no se pueden sacar del país objetos de más de cien años de antigüedad

Un valenciano ha pasado 40 días en una cárcel turca por comprar un souvenir, una piedra de mármol, que resultó ser un objeto de valor histórico. El turista español fue acusado por las autoridades de ese país de tráfico de antigüedades, un delito penado con entre cinco y diez años de cárcel. Este ciudadano se encuentra ya de regreso en España después de haber quedado libre sin cargos ni fianza.

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Ginés y su esposa Miguela visitaron Turquía, un viaje que habían ganado en un sorteo, el pasado mes de abril sin saber que una desagradable sorpresa les esperaba. Según relató el propio afectado, el último día antes de partir hacia España tuvieron un par de horas libres y se fueron a hacer compras en la ciudad de Antalya, donde adquirieron una piedra de mármol que les llamó la atención a un precio de 10 euros. "No era una pieza entera, ni una escultura; era un fragmento roto de algo, y simplemente tenía unos grabados", aseguró Ginés, quien afirmó que en ese momento no pensó en su autenticidad o antigüedad.

Una vez en el aeropuerto, el escáner detectó la presencia de la piedra en el equipaje y un policía obligó al matrimonio a abrir la maleta. Los agentes informaron a los ciudadanos valencianos de que en Turquía está vigente una ley por la que no se pueden sacar del país objetos de más de cien años de antigüedad y que debían remitir la piedra a un experto para que la datara. Por ello, la mujer se marchó a España mientras que su marido se quedó en el aeropuerto para solucionar el problema.

A juicio

El experto dictaminó que se trataba de una piedra antigua, por lo que las autoridades decidieron que Ginés debía quedarse a la espera de juicio al día siguiente". Al turista valenciano le llegaron a comentar que el fragmento podría tener 1.800 años de antigüedad, si bien en el informe del experto no especifica datación y explica que la pieza tiene valor histórico pero no artístico.

Ginés tuvo un juicio rápido el 1 de mayo, donde explicó lo sucedido, pero el juez decidió que debía permanecer en prisión a la espera de un proceso "más completo". 40 días después se celebró la siguiente vista, y en ésta, juez y fiscal escucharon la versión de Ginés, que alegó que era un turista y que había comprado la piedra sin conocer "si era antigua o no", y "entendieron" su postura. Así, le dejaron libre, sin cargos, y sin fianza, y pudo regresar a España al día siguiente.

"Shock bastante fuerte''

Ginés manifestó que los 40 días que pasó en la cárcel fueron "complicados" y aseguró haber sufrido "shock bastante fuerte". Durante este tiempo, el valenciano afirma que sólo pudo hablar en dos ocasiones con su familia en España y perdió 10 kilogramos de peso. No obstante, admite que en su encierro, en el que estuvo en un módulo en el que únicamente había extranjeros, que fue "muy bien tratado en todo momento" por los guardias y el resto de reclusos, que incluso le ayudaron. Explica que estuvo en un módulo para 21 personas en la que sólo había extranjeros, y que la cárcel era "muy antigua y con poca higiene".

El turista valenciano pretende con su testimonio poner sobre aviso a otros visitantes para que no les ocurra los mismo. "Hay que tener mucho cuidado con lo que se compra e informarse antes de salir de España", aseveró. De hecho, hizo notar que estos sucesos se producen "más a menudo de lo que parece" y lamentó que, nadie le informó de esta norma, a pesar de que los guías de las agencias "tienen obligación de hacerlo". Por su parte, la mujer de Ginés declara que los hechos que han vivido son "increíbles" y que desde Valencia ha pasado todo el proceso con "mucha incertidumbre".

 
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