Guardiola conquista el Calderón

Madrid

No hay reto que se le resista a Guardiola. El técnico catalán, hombre de récords, no conocía la victoria en Liga en el Calderón. Ya la tiene. El Barça ha conseguido ganar en el feudo atlético tres años después (1-2). Un gol de Messi, que se marchó en camilla del terreno de juego por una dura entrada de Ujfalusi en el tiempo de descuento, y otro de Piqué dieron los tres puntos a los azugranas en un partido que pudo acabar en goleada de no haber sido por De Gea.

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Si Guardiola hubiese podido escoger un arranque en el Calderón, habría pensado justo en ese comienzo. El Atlético a la espera y Xavi e Iniesta campando a sus anchas por el centro del campo. El escenario ideal para el Barça. Los jugadores rojiblancos estaban tan obsesionados con no poder su sitio en el campo que se olvidaron de la pelota y Xavi e Iniesta recibiendo cómodos terminó como de costumbre, con gol del Barça. Su autor, el de casi siempre. Messi. El argentino firmó su séptimo gol de la temporada después de un pase interior de Pedro, que se hizo con la pelota después de un palo de Villa.

Corría el minuto 12 de partido y Guardiola ya tenía lo que quería, a su equipo por delante en el marcador y con el dominio total en el juego. Una situación idílica si no fuera porque en un Atlético-Barça no hay nada previsible. El Barcelona seguía siendo el dueño de la pelota y Messi aparecía una y otra vez. Pero en esas llegó el gol atlético. Una ocasión, un gol. Un saque de esquina de Simao pilló despistado a Valdés, que se quedó a media salida, y el gigantón Raúl García con un cabezazo puso la igualada en el marcador en el minuto 24. De nuevo la locura típica de los Atlético-Barça.

Guardiola retrasó unos metros a Busquets para hacer una línea de tres en la zaga junto a Piqué y Puyol y adelantó a sus laterales para intentar contrarrestar la velocidad de la delantera atlética. Una jugada perfecta que volvió insibles a Forlán y Agüero. El técnico catalán, un gran estratega, también decidió sorprender al rival en una jugada ensayada en un saque de córner. Saca Messi y remata Piqué. El central azulgrana se vistió de delantero para bajar la pelota con el pecho y rematar al fondo de la portería después de un saque de esquina del argentino. Y con ese 1-2 llegó el partido al descanso.

El segundo acto arrancó con polémica. Una mano de Puyol dentro del área pequeña que el árbitro no pitó porque intuyó que era involuntaria. La polémica estaba servida. El ingrediente que faltaba. El Barça, que había salido un poco adormecido, despertó pronto. Primero con un tiro lejanísimo de Xavi que hizo volar a De Gea. Y un minuto después con una jugada calcada, aunque con autor diferente, Pedrito, que volvió a encumbrar al portero rojiblanco.

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Quique decidió entonces mover ficha. Diego Costa por Agüero, que jugó de inicio después de haber sido la gran duda del partido por unas molestias en su rodilla izquierda y que pasó desapercibido. El Barça retomó el pulso del partido y empezó a merodear cada vez con más peligro la portería de un excelso De Gea, que repelía cada pelota que se acercaba. Villa, Messi, Pedrito. Y siempre De Gea. El asturiano fue sustituido en el 76 sin premio. Entró Keita e Iniesta se acercó más a la portería contraria.

Los azulgranas, aunque más fuertes, no se fiaban y empezaron entonces a pensar más en aguantar el 1-2 que en buscar el tercero. A falta de cinco minutos para el final del partido Messi se escapó solo, regateó a los defensas atléticos pero de nuevo el inquebrantable De Gea volvió a salvar a los suyos. Cuatro paradas de 'santo' en la segunda mitad libraban a su equipo de una goleada.

Ya en el descuento se produjo una de las jugadas más determinantes, no por su repercusión en el partido, sino por las posibles consecuencias. Una dura entrada de Ujfalusi, que vio la roja directa, dejó KO a Messi, que se marchó entre lágrimas y en camilla del feudo rojiblanco.