Enfermos olvidados

Cada día mueren en el mundo 8.000 personas a causa de enfermedades que se pueden curar fácilmente. Las víctimas son los enfermos olvidados. Sufren de malaria, tuberculosis, SIDA infantil, chagas, kala azar o de la enfermedad del sueño.

Medard se dedica a la pesca y la agricultura en la República Centroafricana. Padece de la enfermedad del sueño. Una enfermedad para la que no existe tratamiento. Un enfermo de Médicos sin Fronteras que trabaja en Batangafo explica que el fármaco que se utiliza para tratar la enfermedad estuvo a punto de ser retirado del mercado porque no había demanda internacional. Sin embargo, continúa fabricándose porque se vende como un fármaco para cuidar la imagen: evita el crecimiento del vello.

Alejandra vive en Cochabamba, en Bolivia. Ella y sus dos hijos, de 5 y 2 años han recibido tratamiento contra el chagas, una enfermedad endémica en 21 países de América Latina. Para curarla solo se dispone de fármacos antiguos que pueden tener graves efectos secundarios. Dice Alejandra que sobre todo es la gente pobre la que sufre de chagas porque no hay información en los pueblos.

La fiebre negra o kala azar se transmite por la picadura de ciertos tipos de mosca. Si no se recibe tratamiento, los enfermos mueren. Cada año se producen medio millón de nuevos casos, el 90% en India, Bangladesh, Nepal, Brasil y Sudán. Nadine, africana, perdió un hijo por culpa de la malaria. Le quedan dos que han podido salvarse. Cada 45 segundos muere un niño en el mundo a causa de esta enfermedad. Una mosquitera cuesta solo siete euros.

La tuberculosis se transmite por el aire cuando el enfermo estornuda, tose o escupe. Para diagnosticar la enfermedad, se sigue usando un método poco eficaz que tiene más de 125 años. Los tratamientos disponibles tienen más de 40 años. El bacilo de la tuberculosis infecta a una nueva persona cada segundo.