El Real Madrid gana como siempre al Atlético en el Vicente Calderón

Los de Mourinho resuelven el partido en poco más de media hora. El Atlético solo buscó la portería contraria después de que Benzema abriera el marcador. Casillas y el Kun Agüero protagonizaron el duelo del encuentro.

El Real Madrid ganó el partido de la 29ª jornada de la Liga 2010-2011 hace muchos años, cuando comió definitivamente la moral al Atlético de Madrid demostrándole, temporada tras temporada, que para lograr la victoria los rojiblancos tenían que mostrar su mejor versión ante el peor Real Madrid posible.

Eso no ha ocurrido en los últimos once -casi doce- años. En todo este tiempo, el Real Madrid ha enseñado que acude al Vicente Calderón con la convicción de que se va a llevar los tres puntos. Y el Atlético lo recibe sabedor de que es casi imposible lograr siquiera el empate. Ese es el motivo por el que, sea cual sea el referente del Real Madrid en el ataque -Raúl, Van Nistelrooy, Higuaín o Benzema-, las posibilidades de que anote un gol antes de que muchos espectadores tomen asiento es muy elevada.

En esta ocasión le tocó el turno al francés, que en diez minutos no hizo más que ratificar que el Real Madrid quería poner rápidamente en evidencia que las diferencias que le separan del Atlético -más allá de los 31 puntos de la clasificación antes del partido- son enormes.

Solo después de encajar el primer tanto, los rojiblancos intentaron poner en apuros a Casillas. No lo consiguieron muchos hombres. La mayoría de las veces lo hizo el referente del Atlético, Sergio Agüero, si bien tras el primer gol del partido también pudieron marcar Reyes y Godín... de no haber estado Iker Casillas en la portería.

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La confianza le llegó tarde al Atlético

Aunque el Atlético intentó estar a la altura tras recibir el primer tanto, no lo consiguió. Se armó de fe, pero dejó en evidencia las carencias que ha demostrado a lo largo de esta y otras temporadas. El centro del campo jamás hizo frente al trivote presentado por Mourinho y la defensa dejó huecos por los que no solo entraban Özil o Cristiano, sino hombres con mucha menos pegada, como Lass y Khedira.

De Gea aguantó el tipo hasta que Marcelo se internó por la izquierda y colocó el balón en la frontal del área para que Özil sentenciara el partido. Quizá el guardameta pudo haber hecho un poco más, pero ya ha salvado en demasiadas ocasiones al Atlético como para reprocharle la acción.

Insistiendo en su error de llegar tarde a los partidos, el Atlético intentó plantar cara a un Real Madrid que había hecho los deberes -contrarrestar la victoria del Barcelona ante el Getade- demasiado pronto. A pesar de ello, Agüero siguió buscando el gol, aunque en unas ocasiones le alejó de él Marcelo y en todas las demás lo hizo Casillas. Salvo cuando marcó a falta de cinco minutos para el final poniendo emoción a un partido que casi nunca la tuvo.

El de Móstoles amargó al argentino, a Forlán -aunque pocas veces-... incluso a Koke. Pero cuando finiquitó el partido fue en el minuto ocho de la segunda parte. Se plantaba frente a él Agüero. Solo, después de haber puesto en evidencia una vez más a los centrales portugueses del Real Madrid, tiró a puerta raso y a su derecha. Pero Casillas leyó su intención y se echó al suelo y, estirando su mano izquierda, volvió a desbaratar otra ocasión del Atlético. Quizá la mejor, a excepción de aquella en la que -erre que erre- el Kun por fin consiguió el gol que había estado buscando durante tanto tiempo.

Lo logró con una diagonal vertiginosa que necesitó de la ayuda de Koke para terminar en las narices de Casillas y acabar por batirlo. Pero de ahí al final del encuentro -fase en la que ya no estuvo en el campo Cristiano Ronaldo- el equipo de Quique no pudo encontrar el camino del empate. Y no sorprende, ya que con el argentino y la afición no es suficiente para poner contra las cuerdas a un equipo que, por lo menos, es el segundo mejor del planeta y no le hace falta demasiado para imponerse con facilidad en cualquier campo del mundo. Sobre todo, en el Vicente Calderón.