La fiscalía pide cárcel para los conductores que "acosen" a los ciclistas

La Fiscalía de Seguridad Vial podrá solicitar penas de seis meses a dos años de prisión, por el delito de conducción temeraria, para aquellos conductores que desprecien la vida de los ciclistas y supongan un serio riesgo para la integridad física de los usuarios de la bicicleta.

Según el fiscal especial, Bartolomé Vargas "se trata de poner coto a los automovilistas que sufren el "síndrome" del menosprecio hacia los ciclistas y actúan con "prepotencia" al volante. "Para estos conductores, que son una minoría, los ciclistas son un obstáculo que les incomoda". Es una de las conclusiones de las jornadas que han reunido durante dos días en Madrid a cincuenta fiscales especializados en delitos contra la seguridad vial y en las que también se ha planteado la posibilidad del comiso del vehículo en los casos más graves. No obstante, Vargas ha dejado claro que la incautación del vehículo será una medida que se aplicará únicamente de forma excepcional.

El fiscal ha detallado varios supuestos en los que podría aplicarse el delito de conducción temeraria: en adelantamientos o aproximaciones en los que no se respeta la distancia de seguridad o se circula a una velocidad excesiva, cuando se "acosa" al ciclista para que se aparte y cuando no se respeta la preferencia que ampara a estos vehículos especialmente vulnerables. En el caso de que la imprudencia del automovilista provoque la muerte o heridas al ciclista, el delito de conducción temeraria podrá elevarse al de homicidio o lesiones imprudentes.

Vargas ha reconocido que la actual respuesta penal ante este tipo de conductas sigue siendo "demasiado débil" y por ello ha pedido a la Policía Judicial que realice una "profunda" investigación de los accidentes cuando "haya noticias o indicios" de un posible delito de conducción temeraria. Para la Fiscalía, si además se ha producido la muerte o lesiones graves, es imprescindible una "concienzuda" investigación de lo sucedido, para evitar la conclusión precipitada de que se ha tratado de un suceso "fortuito" o, incluso, aceptar que la causa del siniestro ha sido una infracción del ciclista, sin hacer más comprobaciones.