Sociedad

El ascenso de los legionarios de Cristo al amparo del Gobierno de Aznar

Un libro del periodista de El País, Jesús Rodríguez, relata las estrechas conexiones entre la Legión de Cristo y el Partido Popular

Ana Botella, Michavila, Acebes, Carlos Aragonés o Gustavo Villapalos, nombres clave de la derecha española en el imparable ascenso del emporio religioso y económico del pederasta Marcial Maciel en nuestro país.

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"La confesión. Las extrañas andanzas de Marcial Macial y otros misterios de la Legión de Cristo", publicado por la editorial Debate, recoge la evolución de los Legionarios de Cristo desde la primera llegada a España de su fundador, Marcial Maciel, entonces un joven sacerdote mexicano de 26 años que encontró en la España franquista de los años cuarenta un auténtico paraíso para la puesta en marcha de una Congregación ultra conservadora, que vive ahora sus horas más bajas tras haber sido intervenida por el Vaticano, a raíz de los abusos sexuales y escándalos económicos de su fundador, el ya fallecido Maciel.

El periodista Jesús Rodríguez, explica en su libro cómo Ana Botella, esposa del entonces presidente del gobierno, José María Aznar, jugó un papel clave desde finales de los noventa en el vertiginoso ascenso de los Legionarios en España. "En aquella época, Botella aún no había iniciado una carrera política propia pero sí empezó a gestar una estructura de acción pública en materia social y de ONGS en la que contó como principal asesor con el empresario Daniel Sada, a la sazón "el hombre con corbata" de los Legionarios en España. Y esas conexiones perviven en la actualidad. La hermana de Ana Botella, Macarena, es la actual directora de relaciones institucionales de la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid, universidad puesta en marcha por la Legión, y la esposa del ex-ministro Angel Acebes, es la directora de la carrera de Enfermería en esa misma universidad. Yo creo que hay una cercanía evidente, más allá de la adscripción concreta a la Legión de Cristo o al Regnum Christi, que es el movimiento laico , creo que hay una comunión de ideas casi teocrática: no al aborto, no al matrimonio entre personas del mismo sexo, no a la investigación con células madre, hay una línea política y una línea religiosa que se entrecruzan", explica Rodríguez.

Gustavo Villapalos y la Universidad Francisco de Vitoria

El libro también relata el papel determinante del ultracatólico Gustavo Villapalos, ex-rector de la Universidad Complutense de Madrid y consejero de Educación con el gobierno de Ruiz Gallardón en la comunidad madrileña. "La figura de Villapalos fue clave para que los Legionarios consiguieran hacerse con la joya de la corona de sus actividades educativas: la Universidad Francisco de Vitoria. Primero, como rector, Villapalos autorizó que contaran con un centro universitario adscrito a la Complutense y en 2001, ya como consejero de Educación de la Comunidad de Madrid, logró que el ejecutivo autonómico otorgara plena confirmación jurídica a la Francisco de Vitoria como universidad privada independiente. Apenas dos meses después Villapalos dejaba la política activa tras haber dejado a la Legión de Cristo en una situación inmejorable, en lo que había sido su último servicio a Maciel".

La Legión tiene en España una Universidad y nueve colegios

El libro de Jesús Rodríguez analiza también la pasividad en el seno de la Iglesia a la hora de poner coto a los delitos de Maciel. "Yo no sé si se sabía todo, pero resulta evidente que ya desde hace décadas había sospechas fundadas sobre la idoneidad de Maciel para dirigir una congregación religiosa". Sin embargo, la ley del silencio se impuso sobre todo durante el pontificado de Juan Pablo II. "La Legión inyectaba dinero y ganaba adeptos, incrementando las vocaciones, y eso era demasiado importante para la Iglesia". "Además, con el paso del tiempo, acabó configurando junto con los neocatecumenales de Kiko Argüello, algo así como los "marines del Papa", una fuerza de choque con gran acción de proselitismo y un adoctrinamiento ultracatólico a través de sus obras educativas". Esa estructura se cimenta en España en la citada Universidad Francisco de Vitoria, con casi 5.000 alumnos, un seminario en Salamanca, un centro vocacional (Ontaneda) y nueve colegios en Madrid, Sevilla, Barcelona, Valencia y Jerez, donde se separa a niños y niñas por sexos. A ello hay que sumar una extensa red de casas de apostolado, clubes juveniles, academias de inglés o asesoría familiar.

"No sé si ahora en los cenáculos de la derecha, en los salones distinguidos de Madrid, se seguirá presumiendo de ser legionario, pero yo creo que se comulga absolutamente con las ideas con los postulados de la Legión, con esa la cerrazón, con ese rigor en materia sexual llevado al extremo, con el activismo incesante. Y también creo que si el PP vuelve a ganar las elecciones el próximo año, eso supondrá una nueva válvula de escape para los Legionarios que aspirarán a una época de más esplendor que la que han vivido con el gobierno socialista", asegura Rodríguez.

 
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