El Barcelona se reafirma como rey de Europa
El conjunto azulgrana, que ya se marchó al descanso con una ventaja de cuatro tantos, tuvo su mejor hombre en el portero bosnio Saric, que desesperó al rival con sus más de veinte paradas.
Los azulgrana superaron con mayor claridad de la que indica el resultado final a los manchegos. En todo momento supieron superar la defensa del Ciudad Real y desactivar su juego en ataque. Mención especial merece el portero serbio Daniel Saric, el mejor jugador de la final y clave en la victoria de los catalanes.
Si a alguien hay que agradecerle el triunfo en la ''Final Four'', por encima de la gran actuación colectiva, es a Saric. Sus 21 paradas acabaron desquiciando a los jugadores del Ciudad Real, incapaces de superarlo. Sus paradas fueron muy importantes para conseguir la brecha decisiva en el marcador y para evitar los intentos de reacción de los hombres de Talant Dujshebaev.
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El FC Barcelona fue mejor en todo momento. A Saric se le sumó en ataque el pivote danés Noddesbo, infalible desde los seis metros. Sus movimientos, indescifrables para Dinart y Morros, creaban muchos problemas a la defensa manchega, incapaz de repetir la buena actuación de las semifinal contra el Hamburgo.
A pesar de ello, el Ciudad Real mantuvo el tipo hasta bien entrada la primera parte. Chema Rodríguez, que recibió un fuerte golpe de Nagy en la nariz nada más comenzar el encuentro pero pudo continuar, se mostró más incisivo que otras veces. Y los laterales Entrerríos, Lazarov y Jurkiewicz compensaban la escasa aportación de los extremos, que ni siquiera podían perforar la portería catalana al contragolpe.
El distanciamiento azulgrana llegó en el tramo final de la primera mitad. Ugalde desde el extremo e Igropulo se asociaron bien para superar a Hombrados y poner la máxima ventaja en el marcador (14-10) hasta el momento.
Octava Copa de Europa
Tras el descanso, el Ciudad Real tuvo la oportunidad de reengancharse gracias a una doble exclusión en el Barcelona, pero no acertó a superar a Saric, que seguía a lo suyo. La diferencia se estabilizó entonces alrededor de los seis goles. Quedaban casi 20 minutos, pero el Barcelona vivía cómodamente y tenía la victoria en la mano.
En el Ciudad Real, Talant Dujshebaev dio entrada a Cañellas en busca de un cambio en su equipo, pero sus jugadores no se encontraron nunca cómodos en el juego posicional, bien frenado por la defensa barcelonista, ni al contragolpe, señal de la nefasta tarde en el lanzamiento de los jugadores manchegos. Cada vez que se acercaban a la portería azulgrana, la Saric se erigía como un gigante imposible de superar.
A falta de diez minutos para el final, el Ciudad Real se acercó a cuatro goles (22-18), pero fue un espejismo. Víctor Tomás se encargó de poner otra vez las cosas en su sitio y dejó prácticamente cerrado el partido. Los ciudadrealeños recortaron diferencias al final, pero más por la relajación azulgrana que por méritos propios.
El FC Barcelona suma con ésta su octava Copa de Europa, título que no conseguía desde el año 2005, cuando se impuso precisamente al Ciudad Real, y suma esta temporada el doblete (Liga y Copa de Europa). La final supuso la mejor despedida para Iker Romero, que deja el equipo tras ocho temporadas.