El Espanyol vuelve a ser la pesadilla del Barcelona

En el minuto 90 Turienzo Alvarez no vio unas manos clarísimas de Raúl Rodríguez, que hizo de portero en un disparo de Pedro

Guardiola se plantó en Cornellà mostrando el máximo de los respetos por el Espanyol, no obstante repitió el mismo once que jugó en el Bernabéu, primera vez que Pep repetía 'once' en toda la temporada.

Con la defensa de tres el Espanyol encontró espacios atrás gracias a la velocidad de Thievy y de Weiss y la capacidad de pase de Verdú, el faro del equipo de Pochettino. Un buen remate de cabeza del '10' perico lo detuvo Víctor Valdés con una preciosa parada en la escuadra, el rechazo, también para Verdú se quedó en la línea de gol, justo donde estaba Piqué para sacar el esférico.

El Espanyol, muy concentrado durante el inicio del partido estaba consiguiendo algo que parecía imposible, desactivar al Barça, pero cinco malos minutos de los locales le dieron al Barça la oportunidad de adelantarse en el marcador. Fue Fábregas, el catalán remató de cabeza a trece metros de la portería un buen centro de Dani Alves. El cabezazo llegó con potencia a la portería de un Cristian Álvarez, que pudo hacer más por detenerlo.

Con este gol Cesc sumó su noveno gol en Liga en los 13 partidos que ha disputado, una muestra más de que el Barça está hecho para Fàbregas y viceversa.

El gol tranquilizó al Barça pero no desmotivó al Espanyol, que siguió peleando y buscando el empate. Verdú, Thievy, Romaric o Sergio García merodearon la portería de un Valdés que tuvo una de esas noches magníficas en las que para -casi- todo.

En la segunda mitad el partido cayó en ritmo, perdió la velocidad de la primera parte y la emoción inicial. El Barça, contento con el resultado se dejó ir en el partido mientras que el Espanyol decidió irse arriba. Una apuesta arriesgada que bien pudo haber acabado con una goleada culé si los de Guardiola hubiera conseguido finalizar alguna de los contragolpes de los que disfrutaron.

Pero esta vez ni Messi, ni Xavi, ni Iniesta estaban bien en el campo, especialmente el argentino, muy perdido durante todo el partido, acertaron a sentenciar el partido.

Y cuando quizás menos lo buscaba el Espanyol encontró el gol. Fue Álvaro Vázquez, el menudo delantero del Espanyol llevó a Cornellà al extásis al rematar solo con un cabezazo un buen centro de Raúl Rodríguez que había prolongado Thievy. Como ocurriese en 2007, el Espanyol volvía a ser la pesadilla del Barça en la lucha culé por la Liga.

Turienzo Alvarez confirmó que en el derbi no tenía su mejor día

El colegiado asturiano, muy criticado por la parroquia del Espanyol durante todo el encuentro, terminó firmando una nefasta actuación al no ver unas manos clarísimas de Raúl Rodríguez en tiempo de descuento tras un remate de Pedro que se colaba en el fondo de la red. Pedro, que recibió el rechazo de un disparo de Piqué al travesaño, se encontró con las manos de Rodríguez en su camino al gol. Un penalti claro que no vio Turienzo.

Un Barça dubitativo se quedó sin dos puntos en un partido en el que el fútbol fue justo con el Espanyol y le regaló un empate por el que peleó desde el primer minuto hasta el final.