Educación quiere supeditar las becas a las buenas notas y no sólo a la renta

El ministro de Educación ha mostrado su intención de revisar el modelo de "acceso y mantenimiento" de las becas universitarias para que la concesión de las ayudas esté supeditada al rendimiento académico y no sólo al nivel de renta familiar. José Ignacio Wert estudia limitar también el número de convocatorias para repetir asignatura en caso de suspenso. En la actualidad las becas sólo cubren la primera y la segunda matrícula pero se pierden a la tercera. Las organizaciones de estudiantes universitarios rechazan la medida porque "rompe la igualdad de oportunidades" y puede expulsar del sistema educativo a alumnos con escasos recursos

En la actualidad, el sistema de acceso a las becas universitarias en España está condicionado por criterios socioeconómicos de renta familiar y supeditado a la aprobación de un mínimo del 80% de los créditos en los que se matricula el alumno. Si el universitario suspende en dos ocasiones una misma materia, pierde la ayuda económica y deberá pagar el importe correspondiente a la matrícula de esa asignatura.

El gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero modificó el modelo para darle la consideración de derecho no supeditado a disponibilidad presupuestaria. Es decir, todos aquellos que reúnan los requisitos de umbrales de renta predeterminados en las convocatorias tienen reconocido el derecho a una de estas ayudas. La última convocatoria correspondiente al curso 2011-2011 ha permitido que uno de cada tres alumnos de nuevo acceso, (el 36%) haya tenido derecho a una matrícula universitaria gratuita, según los últimos datos publicados por el ministerio de Educación.

"Las becas tienen que ser más exigentes y tender a la excelencia"

Ahora, el nuevo gobierno quiere revisar ese sistema para introducir el criterio de excelencia académica en la concesión y mantenimiento de las ayudas. "No sólo hay que revisar el mecanismo de acceso a la beca sinto también el mecanismo de mantenimiento de la misma en dos sentidos: tiene que ser más exigente en cuanto al rendimiento y más sensible a la excelencia, ya que ahora mismo, para continuar con una beca al alumno le da exactamente igual sacar un sobresaliente que sacar un cinco", ha señalado el ministro de Educación, José Ignacio Wert, en una conferencia en el Foro Nueva Sociedad.

El ministro no ha ofrecido más detalles sobre la propuesta y el peso que tendrían ambos criterios: el económico y el académico en la concesión y mantenimiento de las ayudas, si bien ha señalado que la modificación se hará "sin precipitación y con una reflexión profunda y meditada, y sin reducir en absoluto los recursos destinados a las becas".

Rechazo mayoritario de las asociaciones de estudiantes universitarios

Las principales asociaciones de estudiantes universitarios han mostrado su rechazo unánime a una propuesta que aseguran supone un "atentado a la igualdad de oportunidades y puede expulsar del sistema educativo a miles de alumnos con escasos recursos", en palabras de Fidel González, de la Federación de Estudiantes Progresistas FAEST. Y es que las organizaciones estudiantiles recuerdan que la función primordial de las becas es compensar desigualdades económicas en el acceso a la educación y no premiar las buenas notas, ya que esos incentivos al rendimiento (que por otro lado ya existen) se pueden realizar por otras vías pero sin condicionar los requisitos de acceso a unos recursos limitados. "Medidas y lecturas tan simplistas como ésta pueden provocar desigualdades bestiales", asegura María Jose Romero, de la Coordinadora Estudiantil CREUP. "En la actualidad ya un estudiante de Magisterio accede a la Universidad con un cinco y uno de Medicina con un nueve, ¿y eso qué significa? ¿es que acaso es peor uno que otro, o tienen diferentes problemas económicos para acceder a sus estudios?".

El curso pasado el ministerio de Educación, dirigido entonces por Angel Gabilondo, ya aprobó un criterio de rendimiento en el mantenimiento de la beca, si bien no se supeditaba a la concesión de la ayuda sino que se trataba de un incentivo añadido. La fórnula elegida era que se mantenían los criterios de renta para obtener la beca pero aquellos universitarios que obtuvieran mejores notas eran premiados con un extra de 150 euros que se sumaba a su ayuda.