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Reportaje:TELEVISIÓN | SERIES E HISTORIA

'Mad Men', luces y sombras de la edad dorada de la publicidad

Recién estrenada su esperada quinta temporada, publicistas contemporáneos ponen en tela de juicio su contenido

Imagen promocional de la quinta temporada de 'Mad Men'AMC

¿Cuánto hay de verdad en 'Mad Men'? El álter ego de Don Draper considera que su agencia está llena de "machistas sin talento, hijos de perra republicanos, racistas y antisemitas que se pasan el día manoseando a sus secretarias, apurando martinis y fumando hasta morir".

El equipo al completo de los trabajadores más destacados de la empresa de publicidad Sterling Cooper Draper Pryce.

El equipo al completo de los trabajadores más destacados de la empresa de publicidad Sterling Cooper Draper Pryce.

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Son muchos los fans de la aclamada 'Mad Men' los que sueñan con vivir las excéntricas aventuras de Don Draper y su séquito de publicistas, el ambiente de glamour que rodea los escarceos amorosos y el halo de distinción que rodea la publicidad en el Manhattan de los años 60. Tanta perfección invita a pensar en la idealización de la época de oro de la publicidad: situaciones atractivas para el espectador que en realidad poco tienen que ver con la realidad que se vivía en la época.

En los años del patriotismo exacerbado de la Guerra de Vietnam y de la falta de derechos de los negros, ya se comprendía el gran valor de la publicidad y el gran poder que ejercía en la sociedad a través de sus campañas. A pesar de que son muchos los 'Drapers' en los que podría haberse basado la serie, uno de ellos es el que más similitudes muestra con el nuevo galán de la televisión. George Lois, creador de las históricas portadas de la revista 'Esquire' durante los sesenta, se ha llevado el título de principal inspirador del personaje. Sin embargo, y a pesar de que muchos estarían orgullosos de ello, sus críticas a 'Mad Men' no podrían ser más duras.

Junto a otros publicistas de la época, Lois considera que la ficción de AMC no es más que el conjunto de todos los estereotipos existentes a principios de la década de 1960, bien empaquetados y presentados. De esta forma, el comportamiento "moralmente repugnante" de los trabajadores de Sterling Cooper Draper Price, basado en el sexo ocasional y sin remordimientos y el consumo casi continuo de whisky y cigarrillos, se interpreta como algo vintage y lleno de glamour. El afamado publicista afirma que identificar "este exasperante programa" con los tiempos vividos es como mostrar la serie 'Dinastía' en el Canal Historia.

Lejos de impolutos trajes e infidelidades de oficina, el periodo de la contracultura estadounidense se basó en una generación creativa de directores de arte y redactores. La publicidad ganó prestigio, pero a base de una Madison Avenue repleta de creativos con poco margen de maniobra y muchas horas frente al trabajo. Este "culebrón de falsos hombres de traje gris, hijos de perra republicanos de camisa planchada y antisemitas que se pasan el día manoseando a sus bien peinadas secretarias" pasa por alto, según los publicistas de la época grandes acontecimientos vividos, como los Derechos Civiles, la Liberación Femenina o la situación de la raza negra.

La opinión de Lois, que acaba de cumplir 81 años, está clara, y, a pesar de que entiende el atractivo de la ficción, no quiere considerarse uno de esos "gacetilleros sin talento que se divierten en los pasillos de la agencia". Y en caso de desear una relación adúltera, advierte, "¿quién habría tenido el tiempo para hacerlo?"

No sin mi copa y mi cigarrillo

Los estereotipos inundan cada capítulo. El Cutty Sark siempre está a mano, los cigarrillos nunca se acaban y un cajón de la mesa del despacho se reserva para camisas blancas y perfectamente planchadas preparadas tras una noche de trabajo extra. Todas las películas ambientadas en la fecha están fuertemente aderezadas con el humo del tabaco. Los cigarrillos aportaban distinción, atractivo sexual y clase. A pesar de tratarse de cigarrillos de hierbas, sin nicotina ni sustancias nocivas, Draper fuma constantemente, como en su día Sinatra lo hacía mientras encandilaba en el escenario.

Es importante prestar atención a la progresión de Peggy Olson , desde secretaria marginada a creativa revelación, como representación del nuevo lugar que la mujer empieza a tomar en el trabajo. "El uso que los hombres daban a las mujeres era algo totalmente funcional, prácticamente no eran personas", y eso es algo que, a medida que avanza la serie, comienza a cambiar.A pesar de todo, Matthew Weiner, el creador de 'Mad Men', no ha comparado en ningún momento a su Draper con ningún modelo real. De hecho, en una entrevista, declaró que, a pesar de su insistente intención de entrevistarle, todo el mundo le recomendó que no lo hiciera: "Es el Tony Soprano de la publicidad. No conviene cruzarse con él ni deberle nada".

'La Script' - Programa completo (31/03/2012)

53:52

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La quinta temporada de 'Mad Men' / Series de televisión en 'La Script' / (31-03-2012)

07:13

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