Cinco en punto

El lujo nunca ha estado relacionado con el tamaño. De hecho, frente al vicio de la ostentación, no hay mayor virtud que dejarse llevar por lo discreto. Especialmente cuando hablamos de accesorios como el reloj, encargado de añadir un detalle decisivo a nuestro look pero nunca destinado a convertirse en protagonista del mismo.

Estos cinco relojes son el ejemplo perfecto de cómo es posible llevar encima lo mejor sin necesidad de presumir en público cada vez que se mueve el segundero. Modelos de origen suizo escogidos entre los mejores diseños del año que, además, nacen con vocación de clásico diario. Las inversiones siempre hay que amortizarlas.

Maurice Lacroix: A pesar de ser una de las casas relojeras más jóvenes de suiza (nació en 1975),ha sabido ganarse el respeto mundial gracias a su obsesión por el detalle, la excelencia, la precisión y, por supuesto, la estética. Una apuesta segura.

Audemars Piguet: A punto de cumplirse los 40 años de la creación de su modelo Royal Oak, responsable de haber introducido el concepto de lo sport en el mundo de la relojería de lujo, la firma presenta una nueva versión que supera al original.

Raymond Weil: Una de las marcas más reconocidas dentro del universo del lujo relojero. Su contundente modelo Nabucco, realizado en acero, es uno de sus caprichos más sugerentes y atrevidos.

Rolex: Los firma por la que todos suspiran ha sorprendido a los amantes del mundo del reloj con la presentación, por primera vez en 50 años, de una colección de modelos totalmente nuevos entre los que se incluye el revolucionario Sky-Dweller, disponible en tres tipos de oro.

Vacheron Constantin: Pocos pueden presumir de llevar uno en la muñeca. Sobre todo si hablamos de su exclusivo modelo 2775. Y lo de exclusivo no es una etiqueta gratuita. Su precio que ronda los 600.000 euros.