Elegir entre lo "menos malo"
Se inicia la segunda vuelta de las elecciones presidenciales egipcias
El Ejército y la policía, que más de un año después de la Revolución del 25 de Enero sigue siendo calificada como el cuerpo de seguridad "de Mubarak", vigilan esta última etapa de unas elecciones que marcarán el futuro próximo de Egipto.
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A pie de urna, los egipcios no ocultan su elección entre Mohamed Mursi, para aquellos que creen que la revolución y los mártires no se pueden olvidar; o Ahmed Shafiq, para que los Hermanos Musulmanes no controles todos los órganos de poder del Estado y lo conviertan en un "estado islámico". Pero también cuenta la tercera opción, un voto en blanco o nulo que expresa el rechazo a los intereses de los dos candidatos, porque ninguno de los dos conducirá el país dejando de lado sus intereses.
Difícil elección para muchos de los egipcios con los que la Cadena SER ha podido hablar esta mañana. Algunos consideran que han seleccionado entre lo menos malo, otros que no está representada la Revolución, por lo que están eligiendo a un nuevo presidente.
En un colegio cercano a la mítica Plaza Tahrir, hoy convertida en un lugar abandonado, Amir aprovechaba las horas de menos calor para cumplir con su obligación. "He votado por Ahmed Shafik, en la primer vuelta lo hice por Hmadin Sabahi porque representa la Revolución, pero en las segunda vuelta Ahemd Shafik representa por desgracia al Estado civil y necesitamos seguir viendo a Egipto como ha sido siempre".
Cruzando el Nilo (en Al Manial), Samer coincide en que los egipcios no deben quedarse en sus casas, que no hay que permitir que se siga decidiendo por ellos. "No me gusta ninguno de los dos, pero odio a uno lo suficiente como para votar por el otro". "Creo que si gana el candidato que odio, el país caerá en un mayor descontrol y la revolución continuará, porque la apoyo completamente y no estamos dispuestos a restablecer el antiguo régimen". Las decisiones políticas tomadas en los últimos días, entre las que destacan la disolución del Parlamento por irregularidades en su formación y la continuidad de Shafiq como candidato, hacen que las elecciones se desarrollen en un clima de incertidumbre política en el momento en el que país tiene que elegir su nuevo rumbo.
Por ello, se cuenta con la presencia y supervisión de más de 14.000 jueces repartidos en unos 13.100 colegios electorales de todo el país, y con el apoyo del Ejército y la policía.