Sociedad

La Audiencia retira el pasaporte al exdirector de la CAM que niega toda responsabilidad

El juez no impone medidas cautelares para el expresidente de la caja, Modesto Crespo, o los exdirectores de recursos y planificación

La misma estrategia que el resto de la cúpula de la CAM imputada. No tenían responsabilidad. El exdirector general de la Caja de Ahorros del Mediterráneo, Roberto López Abad, ha negado esta tarde que tuviera algo que ver en el desastre financiero que llevó a la quiebra de la caja alicantina en su declaración como imputado ante el juez de la Audiencia Nacional, Javier Gómez Bermúdez.

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El magistrado también ha celebrado una "vistilla" a petición de la acusación particular, que solicitaba prisión o el pago de una fianza solidaria de 12 millones de euros para los cinco exdirectivos imputados por estafa y maquinación para alterar el precio de las cosas, y Gómez Bermúdez ha decidido retirar el pasaporte tanto a López Abad como a su sucesora en el cargo, María Dolores Amorós.

Quedan en libertad provisional sin fianza con la obligación, para López Abad, de permanecer en el territorio nacional, mientras que Amorós no podrá salir de la Unión Europea. No se imponen medidas cautelares para el expresidente de la caja, Modesto Crespo, o los exdirectores de recursos y planificación, Vicente Soriano y Teófilo Sogorb.

En su declaración el exdirector general de la CAM, Roberto López Abad, ha atribuido la debacle de la entidad de crédito a la crisis y a la gestión de la SIP, la fallida fusión con otras entidades financieras.Sin embargo, en un exhaustivo informe, el Banco de España atribuye a Roberto López Abad la mayor parte de la responsabilidad en las decisiones que han conducido a la caja al desastre financiero y han provocado la intervención por parte del Estado y su liquidación posterior. Entre ellas, la participación en 65 sociedades del sector inmobiliario y 104 proyectos urbanísticos que causaron un agujero en la CAM de 1.100 millones de euros.

Roberto López Abad fue director general de la Caja de Ahorros del Mediterráneo entre enero de 2001 y noviembre de 2010. Desde que López Abad cogió sus riendas, la caja alicantina fue acumulando ladrillo hasta que su peso le hizo doblar las rodillas. Llevado por la fiebre del sector inmobiliario, de especial virulencia y peor diagnóstico en la Comunidad valenciana que en la mayor parte del país, López Abad vinculó a la CAM con Martinsa, Polaris o con Paco el Pocero. A Polaris la CAM le concedió un préstamo sindicado de 1.200 millones de euros y permitió que el resto de socios, que apenas arriesgaron capital, se repartieran beneficios con el crédito concedido por la caja. El proyecto resultó fallido.

Respecto a Francisco Hernando El Pocero, le inyectó 100 millones de euros para su proyecto en Seseña, que acabó en concurso de acreedores. Roberto López Abad obtuvo una sustanciosa indemnización cuando abandonó la CAM. Según fuentes cercanas al consejo de administración, el exdirector general pudo haber ingresado cerca de 10 millones de euros por su prejubilación y el plan de pensiones.

 
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