Noruega recuerda a las 77 víctimas en el primer aniversario de los atentados
El punto central del programa transcurrió en la isla de Utoya
Noruega ha recordado a las 77 víctimas de los atentados perpetrados hace hoy un año por el ultraderechista Anders Behring Breivik, en una jornada de homenajes y elogios al modelo de sociedad noruega y a la respuesta de la ciudadanía ante la mayor tragedia que ha vivido el país desde la ocupación nazi.
Los principales actos se celebraron en los escenarios del doble atentado: en Oslo, donde Breivik hizo estallar una bomba en el complejo gubernamental que mató a 8 personas; y en la isla de Utøya, al oeste de la capital, en la que cometió luego una matanza en el campamento de las Juventudes Laboristas (AUF).
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La jornada comenzó con un acto oficial en Høyblokka, sede del poder político, que aún conserva huellas visibles del atentado, y en donde el primer ministro, el laborista Jens Stoltenberg, y el rey Harald V hicieron una ofrenda floral en presencia de ministros, empleados públicos y familiares de las víctimas mortales.
Stoltenberg resaltó el "fracaso" de Breivik y elogió la reacción del pueblo noruego, que "abrazó nuestros valores", una sociedad abierta y democrática, una idea defendida desde el principio por el primer ministro y que hoy volvió a repetir a lo largo del día.
En sus discursos en Høyblokka y luego más tarde en Utøya, Stoltenberg resaltó la necesidad de no olvidar a las víctimas y de apoyar a sus allegados y a los supervivientes, pero también se refirió a la necesidad de seguir adelante y cerrar un año de "duelo nacional".
Los exteriores de la catedral de Oslo volvieron a llenarse de rosas colocadas en recuerdo a las víctimas por los viandantes, que también portaban muchos de los que acudieron a la misa celebrada en el interior del templo, abarrotado desde una hora antes. Miles de rosas y velas fueron depositadas también en la costa de Utvika, frente a la isla de Utøya.
La ceremonia en la catedral estuvo presidida por los reyes de Noruega, Harald V y Sonia, acompañados por la princesa Marta Luisa, y el primer ministro junto a otros miembros del Gobierno, familiares de las víctimas y supervivientes de los atentados. Allí también se lanzaron mensajes que hablaban del triunfo del amor, la dignidad, las palabras y la democracia.
A unas decenas de kilómetros, en la iglesia de Hole, municipio al que pertenece Utøya, se celebró otra ceremonia, a la que acudieron los príncipes herederos Haakon y Mette-Marit y varios ministros.
Pero las víctimas fueron igualmente recordadas en todas las misas mayores en las iglesias noruegas, también en las del extranjero; y por todo el país se descubrieron placas conmemorativas y hubo otros actos como marchas silenciosas con rosas o con antorchas.
El punto central del programa transcurrió en Utøya, que antes y después de ese acto estuvo cerrada al público para que pudieran recorrer la isla familiares y amigos de las víctimas, así como supervivientes, que pudieron reunirse además al mediodía en un hotel del centro de Oslo.
La cúpula del Partido Laborista, invitados de otros países nórdicos -como la primera ministra danesa, Helle Thorning-Schmidt- y más de un millar de miembros de las AUF se sentaron sobre la hierba para asistir a una ceremonia donde la música y las palabras se mezclaron con las sonrisas, los aplausos y las lágrimas.
Particularmente emotiva fue la actuación de Renate Tårnes, quien justo un año antes había tocado sobre el mismo escenario, horas antes de que Breivik llegara a la isla y matara en su presencia a su novio, aunque ella se salvó escondiéndose en un baño. Allí hizo una agónica llamada a la policía, luego reproducida en el juicio contra Breivik ante la indiferencia de éste.
Una sentida interpretación del himno de las AUF, donde las palmas y las muestras de júbilo dominaron sobre las lágrimas, cerró el acto central en Utøya, la cantera donde se han forjado año tras año muchos futuros ministros y primeros ministros laboristas de Noruega.
La jornada, rodeada en Oslo y en Utøya de grandes medidas de seguridad, culminará esta noche con un concierto en la plaza del Ayuntamiento de la capital, donde se espera actúe también Bruce Sprinsgteen -de gira estos días por Noruega- y que como los actos principales será retransmitido por la televisión pública NRK.
A pocos kilómetros de allí, en su encierro en el penal de Ila, al oeste de Oslo, Breivik aguarda a conocer la sentencia de su juicio, que se difundirá el próximo 24 de agosto.