Amstrong, de astronauta a ermitaño

El astronauta no aceptaba entrevistas aunque el año pasado rompió su aislamiento voluntario: el año pasado acudió a Tenerife a un homenaje que le hicieron a Yuri Gagarin, el primer astronauta de la historia.

"Me gustaría subir a la Luna para poder borrar mis huellas". Esta es una de las últimas frases atribuidas a Neil Amstrong y que encendió todas las alarmas en los foros de Internet dedicados a laexploración espacial.

En los últimos 25 años, muchos periodistas dedicados a los temas del espacio hemos intentado entrevistarle y la respuesta siempre era la misma: "no". Incluso, yo recibí una negativa un poco másimaginativa cuando hace unos años llamé a su casa. Una voz sin identificar me dijo: "imposible, porque se ha ido a un convento budista" y colgó.

Es, sin duda, la otra "cara" del héroe del espacio: la del personaje que, supongo harto de contar lo mismo al hacerle, una y otra vez, las mismas preguntas, decide apartarse del mundanal ruido, aunque en los últimos años Neil Amstrong rompió su aislamiento voluntario:el año pasado acudió a Tenerife a un homenaje que le hicieron al primer astronauta de la historia, el ruso Yuri Gagarin, y también participó en los actos de conmemoración de los 40 años de la llegada del hombre a la Luna, que organizó la NASA en Estados Unidos.

Recuerdo que, cuando le pregunté a un directivo de la NASA porque no esperaban para celebrarlo -por todo lo alto- cuando se cumplieran los 50, me contestó: "porque nos tememos que no van a llegar". Y este negro augurio, por desgracia, se ha cumplido, al menos, para el comandante del mítico Apolo 11, para Neil Amstrong el primer hombre que pisó la Luna.

Javier Gregori es periodista de la Cadena SER y autor del libro: Astronautas. Exploradores del espacio.