Interior revela que dos informes concluyen que hay restos humanos en la finca de los Bretón

La filtración de algunos datos de la investigación sobre la desaparición en octubre de 2011 de Ruth y José ha obligado al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, a ampliar los detalles del caso de los niños de Córdoba. Tras desvelarse que los restos hallados en la finca de la familia del padre de los menores, José Bretón, podían ser humanos, Fernández Díaz ha admitido la existencia de tres informes ''no coincidentes'': uno, de la policía científica, que determinó que los restos eran animales; y otros dos, de expertos externos, que concluyeron que pertenecían a ''humanos inmaduros''.

El ministro del Interior ha recordado que "desde el primer momento, la policía mantuvo el foco de atención en la finca de Las Quemadillas, con la tesis policial de que los niños no llegaron al parque ni salieron de allí. De hecho, la última pista policial de los menores es de las 13.31 del 12 de octubre - cuando salían de casa de sus abuelos - y no en el parque. Fue ese día cuando el padre de los niños, José Bretón, formalizó la denuncia a las seis de la tarde

Se realizaron cuatro inspecciones con resultados negativos, ha recordado el ministro. El mismo 8 de octubre, día de la desaparición, supieron que se había hecho una hoguera en la finca. Los restos hallados entre las cenizas de la fogata fueron objeto de análisis y de un informe policial de la policía científica. La perito judicial concluyó en el informe que los restos de la hoguera eran "huesos de pequeños animales no existiendo huesos procedentes de restos humanos". Una conclusión tan tajante que justificaría el hecho de que la policía no volviera sobre esa hipótesis y no intentara realizara pruebas de ADN sobre los restos.

Este verano la familia materna pidió un segundo informe, dictamen autorizado por el juez, ante la desconfianza y la inquietud de una investigación que no daba resultados. Fue entonces cuando el prestigioso médico forense Francisco Etxebarría - subdirector del Instituto Vasco de Criminología - abordó este segundo informe externo. La policía científica le remitió los restos óseos, los mismos sobre los que había trabajado el primer equipo. El 17 de agosto Etxebarría entregó el informe a las autoridades judiciales con la conclusión de que se trataba de restos humanos "inmaduros".

Las contradicciones entre ambos informes eran de tal calibre que ponían en evidencia los trabajos de investigación de los últimos once meses. Fue entonces cuando el juez autorizó un tercer dictamen, a petición de la policía, para poder contrastar las conclusiones del informe que Etxebarría entregó a las autoridades judiciales el 17 de agosto.

El tercero lleva la firma del prestigioso forense José María Bermúdez de Castro, director del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, conocido por haber dirigido las investigaciones de Atapuerca. A Bermúdez sólo le hicieron falta cinco días para llegar a las conclusiones fundamentales del anterior. Los huesos y restos de dientes analizados corresponden a un menor de 6,22 años con un error de más-menos 43 días, la edad de uno de los hijos de Bretón. El informe fue entregado al juez el pasado 22 de agosto.

El ministro ha revelado en rueda de prensa la existencia de un cuarto informe que el juez le habría encargado al equipo de la Comisaría General de Policía Judicial del cual no ha dado más detalles a la espera del resultado de las nuevas diligencias y pruebas forenses ordenadas por el juez "para encontrar la verdad".

800 grados de calor

Ambos dictámenes - el de Etxebarría y el de Bermúdez - aluden en sendos escritos a que la temperatura de cremación a la que pudieron estar sometidos los huesos fue de entre 650 y 800 grados centígrados. Teniendo en cuenta que el grado de fundición del hierro es de 1.000 grados, el dato podría apuntar a la imposibilidad de hacer pruebas de ADN en unos restos cuyas partículas orgánicas estarían calcinadas. Tal grado de calor se consiguió por una especie de mesa de metal que Bretón colocó en la hoguera, bordeada con ladrillos, según mantienen fuentes forenses y judiciales, que consiguió simular una especie de "horno crematorio" y alcanzar este altísimo grado de temperatura.

El ministro del Interior ha explicado que "la filtración de parte ha producido malestar a los investigadores porque se considera que puede perjudicar a las investigaciones en marcha".