Una casa estilo retro chic

Tu casa es el reflejo de tu personalidad. Debe irradiar positividad y energía. Para aquellos que quieren espacios juveniles, modernos, bohemios e inconformistas, el truco está en el estilo retro chic.

Espacios con encanto y mucha personalidad, juveniles y modernos y, sobre todo, con tu carácter y estilo. Si el salón es el eje de la vida hogareña, nuestra personalidad debe estar muy presente en él.

El positivismo, la energía y toda la fuerza, el inconformismo y el punto bohemio de la juventud son las claves de un estilo de decoración que cada vez pega más fuerte: el retro chic. ¿Las claves? Como corresponde con la edad, el juego y el riesgo. Mezcla, no te cortes. Mezcla y fusiona texturas, materiales y colores para que tu casa sea tan vital como tú.

Pero comencemos por el principio: Los colores. Blancos, azules pero también tonos fuertes rompiendo la uniformidad como verdes botella, rojos, morados e incluso papel con motivos geométricos muy seventies. Si el suelo es de madera, mejor que mejor.

Para elegir los muebles, lo fundamental es el espacio. Aun así, sea grande o reducido, mezcla tendencias y líneas. En decoración hoy las líneas más curvas y vintage se funden con las rectas mezclando diseño de vanguardia y elementos retro. El sofá es la estrella de la estancia, ya sea en colores estridentes o más clásicos de piel.

Alrededor del sofá, mesas. Elípticas, redondas tipo nido ideales como mesa supletoria o rectangulares pero con líneas modernas. Los materiales estrellas son la fibra, el cristal y el metal. Pero sigue jugando. Si pones una mesa de centro opaca, hazte con una de cristal transparente para la parte de comedor rodeándola con sillas giratorias tapizadas en piel.

Y una última idea, si tienes más espacio no descartes hacerte con un rincón muy personal para la lectura y el relax. Elige una zona con buena luz natural, hazte con una chaiselongue de diseño y unas estanterías de líneas rectas o que jueguen con el diseño de forma original como lo hacen las librerías verticales.

Lo que queda de decoración es cosa tuya, pero rompe con color en cuadros, jarrones, cojines e incluye elementos como una radio o un teléfono antiguo, cajas de madera y latón o lámparas metálicas. Ahora, pon música, coge un libro y a disfrutar de tu casa.