Dejar al agresor atrás

Mª Ángeles Bokubo con 14 años sufrió un intento de violación. Una noche, borracho, el novio de su hermana intentó abusar de ella. Su familia no la apoyó pretendían que volviese a Guinea, su país natal, porque consideraban que el demonio la había poseído

"Vine aquí para estudiar, para tener una educación mejor y con la ilusión de que estaría en un lugar mejor", comenta Mª Ángeles Bokubo. Esas ganas por seguir adelante se le truncaron cuando sufrió un intento de violación con 16 años. Fue la pareja de su hermana la que intentó abusar de ella. Todo sucedió cuando llegó a España procedente de Guinea con 14 años.

Una noche que su hermana trabajaba su vida cambió: "Fui agredida por este hombre, él estaba borracho y drogado, le encontré como 'ido'. Al principio me ofreció dinero para que me callase y no dijese nada". Lo peor para ella fue que ni su hermana, ni su familia que vivía en España, la apoyaron. La gente de su entorno reunió dinero para pagarle el billete de avión que le asegurase la vuelta a Guinea donde, decían, que la curarían de un supuesto espítiru que la poseía. "Dieron por hecho que yo estaba loca, poseída por un demonio", cuenta. Decidió marcharse de casa y quedarse en España, durante meses durmió y vivió en la calle.

A partir de entonces comenzó su nueva vida. Durante este camino se encontró gente que la ayudó: "Un señor con el que estaba trabajando cuidando a sus hijos me dio los papeles por arraigo". Ahora convertida en una mujer de 24 años independiente tiene planes de futuro que le llevarán de nuevo a Guinea con su familia. Ella recomienda a todas las mujeres que han sufrido la violencia machista que no se callen y dejen a su agresor atrás.

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