El Barcelona se exhibe y abusa del Espanyol

Llevaba unos días el equipo de Cornellá convenciéndose a si mismo de que con ganas y corazón se podía pescar en casa del eterno rival. Frente a ellos, Tito volvía a coger las riendas del Barça en su progresiva reincorporación al trabajo. Y todo en un día de Reyes en el que el Camp Nou no iba a deparar regalos para todos.

La idea de Aguirre era la suya, la original, la que tan buenos resultados le dio con Osasuna. Su equipo empezó agazapado, encerrado con orden a la espera de que el Barça diera una tregua y les concediera alguna opción. El plan apenas duró siete minutos. El Barça, con Messi e Iniesta muy activos, recogiendo los últimos votos posibles de la carrera por el Balón de Oro, se lanzó con rabia a por el rival desde el primer instante.

El manchego agarró una pelota en la banda izquierda, centró, y Xavi hacía el primero. Año nuevo en el Barça pero misma superioridad. Ahí acabó prácticamente el partido, los blanquiazules ya con el ánimo más decaído, más que bajar los brazos vieron cómo se los ataron. Jordi Alba y Alves se transformaron en extremos y agobiaron a los de Aguirre hasta desesperarlos.

Pedro hizo el segundo tras una gran maniobra de Cesc, muy lúcido en los alrededores de la frontal del área. Verdú y Simao trataban de reconducir la situación con recuperaciones y salidas rápidas, sin embargo el mar que les separaba de Sergio García era demasiado grande. La primera pelota en condiciones le llegó en el minuto veinte.

Entre vítores al Barça y algún que otro cántico de dudoso gusto hacia el eterno rival, el Camp Nou asistía a una nueva exhibición de fútbol. La única ocasión clara del partido llegó de un despiste de Busquets y Puyol, que dejaron un balón franco a Sergio García, que lo mandó a la grada en la mejor ocasión de los pericos para reengancharse al partido. Sin piedad, el Barça se repuso al despiste con un genial servicio de Sergio que Pedro se encargó de ejecutar ante Casilla.

Corría el minuto 25 y el Espanyol ya llevaba tres en el saco, un castigo abusivo pero justo visto el rendimiento de cada equipo. Un castigo que aumentaría merced a un inexistente penalti que Gil Manzano sancionó a Casilla por derribar a Cesc. Messi no falló y derbi finiquitado. Con 4-0 el Barcelona no quiso hacer sangre de su vecino y aflojó para darles una tregua hasta el segundo tiempo.

La cuestión de no agredirse persistió tras el descanso. En definitiva, 45 minutos de disfrute para los locales, y de tranquilidad para los visitantes. Vilanova dio minutos a Thiago, Villa y Alexis, que dieron cierta electricidad al ya relajado ataque blaugrana. El público disfrutaba y empujaba, sobre todo a Villa, a conseguir un gol que alejara así el único foco de incomodidad que pueda trastocar la magistral trayectoria del Barça.

Finalmente nada cambio desde el minuto 28. 4-0. Una victoria más para el Barcelona, que suma 52 puntos de 54 posibles y mantiene la amplia ventaja sobre el Real Madrid y el Atlético.

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