Los grandes partidos, a remolque de la realidad

Madrid

El caso Bárcenas llega este martes al Congreso de los Diputados. Según el reglamento de la Cámara Baja, enero es un mes sin plenos, pero hoy se reúne la diputación permanente, el órgano que funciona siempre para debatir las propuestas de toda la oposición para que el Gobierno dé explicaciones sobre el escándalo en sede parlamentaria.

Será un buen termómetro para comprobar hasta dónde llega el compromiso con la transparencia que el lunes solemnizó el PP tras reunir a su comité ejecutivo nacional.

Bienvenidas sean las auditorías interna y externa sobre sus cuentas, bienvenido sea el pacto anticorrupción... aunque proponerlo ahora demuestra cómo los grandes partidos van a remolque de la realidad.

Pero además de todo eso, no se puede despreciar al Parlamento, como el lugar donde el Gobierno se explique ante los representantes de todos los españoles. La oposición exige que comparezca Rajoy, veremos si el PP utiliza su mayoría absoluta para impedirlo. Y además, pide que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, aclare allí si Bárcenas se ha beneficiado de la amnistía fiscal para blanquear dinero de origen dudoso y si por ese agujero, se han colado otros.

Dignificar la política pasa porque el Gobierno diginifique el papel de las cámaras y responda a la oposición donde debe, en la tribuna del Congreso.

En el Congreso precisamente empiezan el miércoles las comparecencias sobre la Ley de Transparencia, una de las promesa estrellas sobre el buen gobierno del equipo Rajoy. Y hoy nosotros vamos a analizar en qué consiste la Ley, cuáles son sus virtudes y qué fallos le ven los expertos que fiscalizan el grado de transparencia de los países.

España es insólitamente uno de los pocos países de nuestro entorno que no dispone de una ley que permita a los ciudadanos acceder a los datos, las cifras y los movimientos de las administraciones. Probablemente las leyes solas no atajan la corrupción, pero seguro que ayudan.