El fútbol y sus errores

Era su medida de protesta contra "las acusaciones generalizadas que ponen bajo sospecha de dopaje a todos". Justo antes del inicio del Campeonato de España de fondo en carretera, los corredores decidieron plantarse y no disputar la carrera que debía disputarse en un circuito por varias localidades de Madrid

Matar al mensajero, o dudar del mensaje, es algo muy antiguo. Vicente Belda, director del Comunidad Valenciana por entonces, llegó a decir que "ese hueco en el palmarés del Campeonato de España deja claro el malestar de todos los corredores con lo que se está diciendo". El malestar del ahora imputado no venía por la presunta implicación de buena parte del pelotón en la trama encabezada por Eufemiano Fuentes, sino por "todo lo que se está diciendo". Aquí nadie habla de dopaje, nadie confiesa nada hasta que le pillan. David Millar y Lance Armstrong, son dos ejemplos. Jesús Manzano, con su famosa revelación en 'AS', la excepción que confirma la regla.

El silencio, la famosa omertà. Agruparse y hacerse fuerte ante el enemigo externo, los ataques injustificados y las sospechas infundadas. Un capítulo que empieza a superar, no del todo aún, el ciclismo. Para el fútbol no es más que el comienzo.

Aunque siempre se escuchó que había deportistas de otras disciplinas en la Operación Puerto y que Eufemiano reconoció que sus clientes iban más allá del mundo ciclista, a pesar de los siete años largos que han pasado hasta ver sentados en un juzgado al médico canario y al resto de los acusados, nada revolvió el mundo del fútbol hasta la entrevista de Badiola en 'AS'. 'El País' dio un paso más con un documento en el que Fuentes cuantifica su presunta relación económica con la Real Sociedad en los años de José Luis Astiazarán. Confesó partidas de dinero negro para sustancias prohibidas.

¿Resultado? Rechazo e indignación en San Sebastián. No con quien, presuntamente, pudo utilizar métodos dopantes, sino con quien osa manchar el buen nombre del club. Dice Xabi Prieto que "ninguna sustancia te ayuda a meter un gol por la escuadra". Claro. Pero los productos que aparecen en los famosos documentos sí que ayudan a oxigenar a la sangre, a acelerar la recuperación. Sería más sensato decir que él no vio nada, que él no hizo trampas. Pero el argumento 'del gol por la escuadra' es tan pobre como aquel otro que fue popular en el pelotón: "de un burro no se hace un caballo de carreras".

Y, mientras, el proceso continúa en los juzgados de la calle Julián Camarillo. Esta mañana de martes, varios testigos (directores de los centros de transfusiones de Sevilla o Valencia, entre ellos) reconocieron que Merino Batres (el socio-hematólogo de Eufemiano, cuya causa se archivó por padecer Alzheimer) utilizó su puesto en el hospital de La Princesa para conseguir Glicerol, necesario para congelar la sangre, y utilizarlo para su 'negocio privado'. "Esta práctica no tiene sentido fuera de un hospital porque requieren un cuidado especial". Han dicho lo que quería escuchar la acusación, más o menos. Así que, este miércoles, los diarios seguirán hablando de la Real Sociedad cuando se refieran a la Operación Puerto.

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