Una señal inequívoca de debilidad

La directora de Hora 25 ha analizado la decisión que ha tomado el grupo popular en el Congreso sobre a la Inicitiva Legislativa Popular contra los desahucios. Los populares, finalmente, han dado marcha atrás y han votado a favor de la propuesta.

Marcha atrás del Partido Popular. Finalmente esta tarde, y por sorpresa, ha decidido aceptar a trámite la Iniciativa Legislativa Popular sobre los desahucios, que han firmado cerca de un millón y medio de ciudadanos. Decimos por sorpresa porque hasta este mediodía la negativa de los populares era rotunda, así lo ha defendido esta misma mañana aquí en la SER con vehemencia el diputado popular Martínez Pujalte y con la misma rotundidad lo ha hecho a última hora de la mañana el portavoz Alfonso Alonso, el mismo que luego ha anunciado la rectificación.

El argumento que sostiene este cambio es que ahora el PP ha comprobado que hay una alternativa para poder hacer una tramitación ágil de la iniciativa, hasta ahora decía que no porque el Congreso está tramitando un proyecto de ley sobre la misma temática y la admisión de la iniciativa retrasaría la aprobación de la normativa.

Explicaciones complicadas sobre el funcionamiento de la Cámara que ellos creerán pero que no esconden la realidad en forma de presión popular. Han sido cerca de un millón y medio de firmas, manifestaciones, protestas, pero sobre todo la fuerza de una plataforma, que sin ninguna ayuda política, ha conseguido frenar decenas de desahucios. Y hoy la muerte de dos personas, un matrimonio, en Mallorca tras recibir una orden de desahucio.

No es la única rectificación de hoy, el ministro Gallardón que defendió con uñas y dientes las tasas judiciales, también da marcha atrás, anuncia algunos retoques solo dos meses después de su entrada en vigor. Ayer mismo, después de anunciar el despido del exmarido de Ana Mato, María Dolores de Cospedal echó manó del refranero para decir que rectificar es de sabios, rectificar tres veces en tan poco tiempo quizás es un síntoma de mala gestión y una señal inéquivoca de debilidad.