Ocio y cultura

Si no has visto alguna, te ayudamos a escoger

- "Amor". Una pareja de octogenarios pondrá a prueba su relación de pareja cuando la enfermedad se interpone entre ellos. Es una reflexión acerca de la vejez, no solo de sus protagonistas, sino de la decadencia en general, de una sociedad que ignora, cuando no rechaza, lo que inevitablemente llegará con los años. Jean-Louis Tringtinant y Emmanuelle Riva como el matrimonio, e Isabelle Huppert como su hija, llenan de solvencia esta película que dirige, sin sentimentalismos y con una visión a veces dolorosamente realista, el austríaco Michael Haneke.

- "La vida de Pi". La peripecia de un adolescente, perdido en el océano, naufrago en una balsa que comparte con un tigre de Bengala. No es una película de aventuras, sino una conmovedora parábola acerca de las creencias religiosas, envuelta en la magia que su director, Ang Li, ha prodigado en todas sus películas. Habrá quien prefiera la espiritualidad del guión y quien se quede con los efectos especiales que ganan aún más vista en 3D. Es la preferida del público, al menos en Internet.

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- "Argo". Viene precedida de todos los premios que anteceden a los Oscar y supone el espaldarazo para Ben Afleck, menospreciado por los críticos como actor y que probablemente con su estatuilla de mejor director en la mano pueda reirse de ello. Es una película de acción, con contenido y basada en unos hechos reales: el secuestro del personal de la embajada de Estados Unidos en Teherán tras el regreso del Ayatollah Jomeini a Irán en 1979. Afleck, protagonista de la historia, se ha rodeado por buenos actores. Los últimos minutos tienen el ritmo y la tensión de las mejores películas del género.

- "Lincoln". La interpretación de Daniel Day Lewis eclipsa a la propia película, basada en las semanas previas a la aprobación, por parte de la Cámara de Representantes, de la decimotercera enmienda que abolió la esclavitud. Steven Spildberg aborda esta historia de 1865 con la solvencia y los medios de una superproducción, pero también con las limitaciones de que toda se desarrolle en un par de escenarios: la Casa Blanca y el salón de plenos de la Cámara. El presidente reflexiona sobre la guerra, que se lleva a jóvenes americanos; sobre la muerte, que puede llevarse a su segundo hijo y sobre la corrupción, que le resulta inevitable para conseguir lo que desea. En realidad, toda la película es él.

- "El lado buena de las cosas". Dice Carlos Boyero que es una película muy rara. Es probablemente la gota de originalidad enmedio de otras, más convencionales. El tema central es el comportamiento de un hombre que sufre un trastorno bipolar, desquiciado por la traición matrimonial. A caballo entre película de autor y drama romántico, el protagonista descubrirá que su mejor tratamiento es el baile y el trato con una mujer tan trastornada como él. Bradley Cooper intenta dar credibilidad a su atormentado personaje y a la vez dar la réplica a Robert De Niro y Jacki Weaver, algo sobreactuados.

- "Bestias del sur salvaje". Dicen que es la preferida del presidente, Barack Obama. Su director, un recien llegado que se ha colado también en la categoría que le corresponde. Por lo demás, se trata de un poema visual, con una estética muy particular y con la impagable intervención de una niña de seis años, Quvenzhané Wallis, con gran talento natural. El fin del mundo y la naturaleza, la libertad y el positivismo son mensajes que aparecen enmarcados en una banda sonora muy evocadora, en la que también ha colaborado el director, Benh Zeitlin.

- "Django desencadenado". Los amantes de Tarantino han acogido con entusiasmo esta nueva obra del director más controvertido de Hollywood, que esta vez juega con la estética más sesentera y un tema bien espinoso. La película resulta algo desflecada, pero los diálogos son inteligentes y combina bien la violencia con los toques histriónicos que tanta fama han dado a su director. Capítulo aparte merecen las interpretaciones del malísimo Di Caprio y de Christoph Waltz, alemán defensor de las minorías raciales, que resulta, al fin, una aguda alusión en contraste con la hilarante escena del Ku Klux Klan.

- "La noche más oscura". Kathryn Bigelow se atreve también con una historia real, pero esta no ha gustado tanto a los americanos, que se han enfrentado con una descarnada visión de la tortura como instrumento de la CIA para llegar al enemigo número uno, Ben Laden. La protagonista es Jessica Chastain, una agente que dedicó doce años de su vida a perseguir al líder de Al Qaeda. Aunque el guión es ficción, la estética es de documental, lo que aporta un gran realismo a llo que se está contando. El espectador, removido por las imágenes de los interrogatorios, verá un final conocido pero no se irá con la impresión de que han ganado los buenos.

- "Los miserables". Es un musical. El que millones de personas lo hayan visto previamente en teatro fomenta las comparaciones. La película se ajusta a un metraje más corto para contar la intemporal historia de Victor Hugo sobre la lucha de los oprimidos frente al poder. Anne Hathaway y Hugh Jackman protagonizan la obra de Tom Hooper cuya ausencia en la nominación a mejor director hace sospechar que "Los iserables" pueda alzarse con el Oscar a la mejor película.

 
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