Los partidos encarrilan un acuerdo para convertir al Senado en cámara territorial

Esta vez parece que la reforma del Senado será una realidad. Los grupos parlamentarios que tienen representación en la Cámara Alta trabajan desde hace un año y están encarrilando un acuerdo para transformar el Senado en una cámara de representación territorial y para que sea allí dónde se debatan, en primera lectura, las iniciativas que más afecten a las autonomías.

El portavoz del Partido Popular en el Senado, José Manuel Barreiro, cree que cada vez es más necesaria una Cámara que pueda articular el debate territorial. Y es optimista ante los contactos que mantienen los grupos desde hace meses y que se intensificarán tras las vacaciones de Semana Santa. La intención de los partidos es alcanzar un acuerdo antes de que acabe este período de sesiones.

Para Barreiro este cambio será positivo para el Senado, pero también para el Congreso. "Si los debates de carácter territorial se ven primero en el Senado, el Congreso podrá centrarse en otro tipo de debates", explica. Estos cambios, cuando los apruebe la Cámara Alta requerirán el visto bueno del Congreso.

La ponencia para reformar el Senado se puso en marcha tras una moción presentada por el PSOE hace un año y que fue aprobada por unanimidad. Francesc Antich, ponente socialista para la reforma de la Cámara, dice estar "muy esperanzado al ver la predisposición de todos los grupos". En su opinión, la reforma tiene que servir para dar "mayor fuerza al Senado como lugar de encuentro del Estado y de las comunidades autónomas, para que éstas últimas participen en el desarrollo del Estado".

Desde CiU, la senadora Eva Parera también apuesta por reformar las funciones del Senado para que sea cámara de primera lectura. "La Cámara no está adaptada a la realidad del estado español" explica. De hecho todos los grupos remarcan que cuando se creó el Senado no estaban constituidas las autonomías y que la Cámara debería incorporarlas mejor a sus debates.

Otros cambios que se estudiarán

En lo que también coinciden los tres partidos es que la reforma del Senado tiene que mantener el carácter más reflexivo de la Cámara. Para ello se plantean incrementar los plazos de tramitación de las leyes. "No podemos ser una copia del Congreso", dice Parera.

Los grupos pretenden tener ultimado un acuerdo sobre las funciones que tiene que asumir el Senado en junio. Y luego seguirán trabajando para ver si la reforma puede ir más allá y afectar también al número de senadores de la Cámara y a su fórmula de elección.