Las miradas del editor fotógrafo

Es el de Mario Muchnik un caso curioso. Este licenciado (y laureado) en Física, nacido en Buenos Aires en 1931 y afincado en España desde hace décadas, ha mostrado tanta pasión por la fotografía como por la edición literaria, aunque ha sido esta última el eje de su actividad profesional. Una labor que se inició en 1973 con la publicación de "Y otros poemas", del vallisoletano Jorge Guillén. Por esta razón, la llegada de "Instantes robados: fotografías de Mario Muchnik" a Valladolid es especial para este argentino socarrón.

Y es que el humor no ha faltado en la presentación de la muestra, desde el momento en que Muchnik ha tomado la palabra para corregir cariñosamente al alcalde de Valladolid y aclarar que las fotografías se han seleccionado de un fondo de más de 50.000 negativos, y no de 5.000, como había comentado Javier León de la Riva. El octogenario artista incluso se ha permitido levantarse al término de la rueda de prensa y pedir al alcalde, a la concejala Mercedes Cantalapiedra y la comisaria de la exposición que posaran ante su Leica para poder retratarlos.

Se trata del mismo tipo de cámara que ha utilizado desde los años 60 y de la que ha salido el material con el que se ha montado esta exposición. Por una parte, la sección "Retratos literarios" muestra una impresionante galería de 58 grandes intelectuales y pensadores, iberoamericanos en su mayor parte (Cortázar, García Márquez, Bryce Echenique, Alberti) aunque también de países europeos, como Sarte o Dario Fo.

De otra parte, encontramos sus "Crónicas viajeras", con 61 fotografías de lugares y escenas tomadas por Muchnik en diferentes épocas y ciudades a lo largo de estas últimas décadas. En total 119 capturas, todas ellas en blanco y negro, que muestran la esencia y la mirada propia de un artista que ya anteriormente había plasmado sus ideas en varios libros.

Valladolid y Jorge Guillén

Buena parte de la presentación se ha basado en la relación de Muchnik con Valladolid y con Jorge Guillén, ya que fue una obra suya, "Y otros poemas", la primera que tuvo la oportunidad de editar, en 1973.

"En aquella época había que negociar con Díaz Canedo, que estaba en una editorial en México, y que tenía el manuscrito, pero no lo editaba", ha explicado Muchnik.

"Jorge quería que se editara antes de cumplir los 81 años, y quedaban muy pocos meses, pero al final mi padre y yo lo conseguimos." Valladolid es, para el editor y fotógrafo, un lugar especial por tratarse de la cuna de Guillén. "Jorge fue un elemento esencial dentro de mi vida de editor, en parte dentro de mi vida de fotógrafo, pero fundamentalmente den mi vida social y de relación", ha señalado.

El bonaerense tampoco ha dejado escapar la ocasión de confesar alguna anécdota vivida al lado de Guillén, a quien conoció en Niza y con quien compartió mesa y mantel en más de una ocasión.

"Una vez estábamos comiendo, con mi padre y su segunda mujer, Irene", ha recordado Muchnik, "y él estaba hablando cuando bajó por una escalera del restaurante una niña con las tetitas al aire. Yo lo corté y le dije: «¡Mira, Jorge...!» Y él se dio la vuelta, vio a la chica, me miró y dijo: «¡Delicioso...!» Fue su único comentario y se me quedó grabado; a partir de ahí empecé a entender su poesía", ha comentado el fotógrafo y editor.

La muestra permanecerá en la Sala de Exposiciones del Teatro Calderón hasta el 13 de mayo.