Ocio y cultura

Eurovisión 2013: Norte gana a Sur

El concurso musical por excelencia en Europa llega a su 58ª edición con un bloque de países nórdicos muy potente

Tras la irrupción de la Europa del Este y los países balcánicos en el Festival de Eurovisión a finales de los noventa, los clásicos del concurso, los de toda la vida, parecieron quedar un poco descolocados debido al empuje de los nuevos participantes. El Festival de Eurovisión se desbordó y hubo que reformular las normas y crear semifinales eliminatorias. En la actualidad, el eje de rotación parece haberse trasladado de nuevo a los orígenes.

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Siempre se ha dicho que los países nórdicos son los que más en serio se toman su participación en Eurovisión. Suecia, el anfitrión este año, organiza, incluso, un festival interno, el Melodifestivalen, para elegir a su representante. No en vano, sueca es la que se considera, hasta ahora, la mejor canción de toda la historia del concurso: Waterloo, de ABBA. Por eso se vivió como un pequeño drama que Suecia quedara excluida de la final en 2010, algo inconcebible para un país que vive el festival todo el año.

Sin embargo, Suecia no ha sido la única. Otros países considerados clásicos de Eurovisión han sufrido dramas similares en los últimos años, consecuencia del aluvión de países que se quisieron sumar al festival tras la desintegración de la URSS y de Yugoslavia. Este año, sin ir más lejos, Israel, Suiza o Chipre no han llegado a la final, mientras que Países Bajos, uno de los participantes clásicos presentes en el concurso desde su primera edición, vuelve en 2013 a la final después de ocho años sin lograr clasificarse.

Las quinielas

De los 39 países que han querido participar este año en Eurovisión, 26 han pasado a la gran final. De ellos, como siempre, seis participantes lo hacen directamente, sin tener que enfrentarse en semifinales. Son los llamados Big Five (Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y España), los cinco países que más fondos aportan a la UER (Unión Europea de Radiodifusión), a los que se suma el anfitrión, que organiza el festival por haber ganado la edición anterior. Es habitual que ninguno de estos países se encuentre entre los favoritos en las casas de apuestas sobre Eurovisión. Claro, que eso no significa que cualquiera de ellos pueda ganar. Al fin y al cabo las apuestas solo son especulaciones y lo que importa es el resultado de la votación final.

Este año, las quinielas las lidera Dinamarca, con la canción Only teardrops, de Emmely de Forest, un tema que, en ocasiones, recuerda al exitoso Euphoria, de Loreen, ganadora de la edición anterior.

En segunda posición se sitúa la noruega Margaret Berger y su I feed you my love, seguida de las representantes de Ucrania y Rusia, todas ellas con una gran demostración vocal y dominio del escenario.

Otra mujer, la holandesa Anouk, con la canción Birds, dulce y melódica, ha logrado colocarse entre las consideradas con más probabilidades de triunfar.

En el otro lado de la tabla de apuestas, es decir, donde se ubican aquellos a quienes se les otorgan menos posibilidades de ganar, están la canción de Armenia, la española de El Sueño de Morfeo o la francesa de Amandine Bourgeois (L'enfer et moi).

Al margen de los favoritos, cada año hay una serie de canciones que pueden equilibrar la balanza o, incluso, dar la vuelta a las apuestas y situarse entre los primeros puestos de la tabla de clasificación. Este año, esas canciones con los ingredientes necesarios para obtener un buen puesto son la italiana de Marco Mengoni (L'essenziale).

Alemania, con el tema Glorious; Irlanda, y su movido Only love survives; y la gran apuesta de Eurovisión este año: la rockera británica Bonnie Tyler, con la canción Believe in me, con la que Reino Unido intentará reeditar su última victoria en el festival, en el año 1997, tras recuperar a otro de sus clásicos para el concurso: Katrina & The Waves.

Norte y Sur

Echando un rápido vistazo al mapa de participantes, se podría decir que el bloque de países del norte y del este de Europa triunfa sobre los del sur. De las naciones más duramente azotadas por la crisis, sólo Grecia, Italia y España están en la final, y ninguna entre las favoritas. Chipre ha quedado descalificada en semifinales, mientras que Portugal y Andorra, que tradicionalmente siempre han otorgado su puntuación máxima a la canción española, este año han decidido no participar, al igual que Turquía. Además, por primera vez desde su incorporación al Festival de Eurovisión, este año no ha llegado a la final ni un solo país de la ex Yugoslavia (Serbia, Croacia, Eslovenia, Bosnia-Herzegovina, Macedonia y Montenegro). Será interesante comprobar en qué países recaen sus votos ya que, aunque no estén en la fase final del concurso, sí que pueden otorgar sus puntos.

Carlos Cala

Carlos Cala

Empieza en la radio en 1992, en la emisora de la Cadena SER en Morón de la Frontera, trabajo que simultanea...

 
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